Capítulo 19

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Hacia la medianoche, cuando el silencio sepulcral se adueñó del palacio dormido, Naruto se escabulló sigiloso de vuelta a la guarida en las cocinas. Contuvo el aliento mientras avanzaba por los intrincados pasillos, atento a cualquier sonido que delatara la cercanía de algún guardia nocturno.

Las antorchas titilaban en la pared, proyectando un juego inquietante de sombras y penumbras que parecían ocultar acechantes peligros. Naruto aguzó la vista, maldiciendo la tenue claridad por jugarle malas pasadas a sus cansados ojos. Sabía que en ese nido de sabandijas no había lugar para la distracción o la torpeza.

Finalmente alcanzó la cocina sin contratiempos, resguardándose en la seguridad de la penumbra reinante en el interior. Sus fosas nasales se llenaron de los remanentes olores a especias, carnes y salsas que aún flotaban en el ambiente. Al resguardo entre las enormes despensas estaba su destino final.

Al llegar a la pequeña despensa, respiró aliviado al distinguir la silueta de Sasuke oculta entre las sombras. Sin embargo, cuando posó su mano sobre el hombro del beta para hacerle saber de su presencia, este dio un respingo sobresaltado.

—¡Demonios, Naruto! Busca otra manera de aparecer —se quedó Sasuke llevándose una mano al pecho.

Naruto tuvo que morderse los labios para no reírse. Era gracioso y enternecedor ver al estoico Sasuke tan asustadizo.

—Mis disculpas, la próxima vez me anunciaré a gritos —bromeó, aunque en el fondo le preocupaba haberlo alterado tanto. Quizás la presión de estar infiltrados estaba pasándole factura—. ¿Estás bien? Te noto algo... tenso.

Sasuke carraspeó, recomponiéndose. No iba a admitir que la cercanía furtiva de Naruto lo había estremecido. Últimamente su cuerpo parecía cobrar vida propia cerca del omega.

—Estoy perfectamente, no seas ridículo. Mejor dime qué averiguaste hoy —espetó a la defensiva.

Naruto enarcó una ceja, poco convencido, pero decidió no presionar. Sasuke estaba demasiado orgulloso para exponer cualquier debilidad.

Se acercó más al beta buscando su calor reconfortante y procedió a susurrarle al oído los rumores que había recogido mientras fingía ser un sirviente sumiso. Sasuke escuchaba atentamente, esforzándose por ignorar el cosquilleo de tener la respiración cálida de Naruto rozando su piel. Continuó acercándose inconscientemente más hacia Sasuke en la intimidad de las sombras.

El beta carraspeó incómodo ante la cercanía, pero procedió a compartir las informaciones recolectadas. La tenue claridad filtrada por la rendija de la puerta iluminaba débilmente su concentrado perfil mientras enumeraba hasta el último jugoso rumor captado.

Naruto asentía ocasionalmente, tan enfocado en registrar mentalmente cada valioso dato que no reparaba en lo cerca que estaba de Sasuke, casi compartiendo el mismo aliento. El discreto aroma a madera de cedro se le colaba por la nariz, nublando sus sentidos sin que se diera cuenta.

—Y básicamente eso es todo lo que pude sonsacar a los chismosos de la servidumbre —finalizó Sasuke su reporte—. Sé que la mayoría son simples rumores sin fundamento pero...

Las palabras murieron en su garganta cuando al volverse se percató de lo peligrosamente cerca que tenía el rostro de Naruto, a escasos centímetros del suyo. Contuvo el aliento alterado mientras esos fieros ojos azules lo taladraban con una intensidad desconcertante. ¿En qué momento se habían acercado tanto?

Carraspeando incómodo, Sasuke intentó sutilmente aumentar la distancia entre ambos. Pero la mirada penetrante de Naruto parecía tenerlo clavado en el sitio, incapaz de moverse o despegar la vista de ese azul electrizante.

Destino Fragmentado. SasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora