30.

337 25 5
                                    

Pedri González

Se levantó del pecho de su novio quien se quejó y lo volvió a jalar con el para seguir abrazándolo y este solo negó.

—no, un ratito más y ya mi amor— lo volvió a jalar Pablo y el sonrió rio y cedió pero solo un ratito más.

—vístete porque llegaran mis padres mi amor— le dijo Pedri mientras buscaba la ropa del sevillano en su maleta.

Saco unas prendas de su closet y el sevillano también se levantó y sacó su ropa interior y se puso un chándal.

—¿me prestas tu sudadera?— el canario asintió y la tomo de la silla, la que usaba casi todos los días.

—me encanta como te queda— lo atrajo de la cintura y comenzó a besar su mandíbula.

—gracias mi amor— le contesto y tomó su barbilla para plantarle un beso en los labios.

Limpiaron la cama y quisieron cocinar algo para cenar eran las 10:00 apenas así que bajaron agarrados de las manos.

Pedri aprovechó para sentar a su novio en la encimera y abrió un poco sus piernas para poder ponerse entre ellas.

—¿que quieres que te haga de cenar mi vida?— el chico de quedo pensado.

—¿lo de siempre?— el canario asintió y se volteo a preparar los sándwiches, no sin antes girarse un poco para besar los labios de su novio.

Terminaron de comer su sándwich y subieron al cuarto del canario donde se tumbaron en la cama mientras se abrazaban.

—no sabes cuando te amo— le dijo Pedri al sevillano quien estaba sentado en sus piernas y Pedri acostado en la cama.

—y yo a ti mi amor— le beso y el canario acaricio los muslos del menor.

—pero siento que decirte te amo no es suficiente, porque es demasiado lo que siento por ti, siento que mi pecho está lleno contigo— el sevillano acaricio la mejilla de Pedri.

—yo te amo con la misma intensidad, Pedri, lo eres todo para mi, eres el amor de mi vida— el canario se quedó pensando y acercó al sevillano para darle un beso en la mejilla.

Lo atrajo hacia el para que se acostase a su lado, lo abrazó sintiendo el calor de su novio abrazándole, estuvieron un rato más besándose y luego el sevillano se fue a su cuarto.

"El amor de mi vida"

Las palabras del sevillano retumbaban en la conciencia del canario, Pablo no tenía idea de cuántas cosas despertaba en el canario, no solo en al ámbito sexual, la cosa era que lo amaba como nunca había amado a nadie.

Siempre había tenido miedo de decir "te amo" pero las palabras salían como vomito verbal, no podía detenerlas, y tampoco quería.

Siempre había tendí miedo de no ser lo suficientemente bueno para una relación o para alguien pero con Pablo era diferente, con el solo tenía ganas de amar, de más.

Con Pablo siempre quería más, siempre pensaba en el, cada segundo del día lo recordaba, recordaba cada cosa que amaba de él, aunque se tomara horas el escribiría lo mucho que lo ama aunque no hay palabras suficientes.

Se durmió con las palabras retumbando en su cabeza, un poco abrumado.

Se despertó sintiendo cierto peso encima de él, así que abrió los ojos encontrándose a su novio quien le sonría y apartaba mechones de su frente con cariño.

—buenos días mi amor— se acercó a dar un beso en la puntita de la nariz y el canario sonrió ante el tacto.

—buenos días mi vida— le acaricio la mejilla y lo abrazo contra su pecho, inspirando su aroma.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora