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—¡Hey chicos! Ya vieron a las hermosas gemelas, vinieron al partido solo por mí, ¿Cómo les quedo el ojo? –expreso un pelinegro muy enorgullecido.

—Ja, pobre imbécil. ¿Pues qué les quedaba? La mayoría de las chicas no les quedo de otra que agarrar lo que hay. –contesto un castaño, los demás jóvenes que estaban en los vestidores descansando comenzaron a reír, algunos ya habían entrado a las duchas y estaban vistiéndose.

—La mayoría de ellas venían por Naruto, pero como él tiene otros gustos más exóticos no les quedo de otra qué voltear a otro lado.

—Por ahí andan diciendo que lo embrujaron. Igual que ese loco, el que apenas encontraron muerto ¿Cómo se llamaba?

—Pues a mí también me tiene embrujado, la verdad está muy buena, no por nada Naruto la anda rondando.

—Deben admitir que ese tiene buenos gustos, tiene un buen cuerpo, unas piernas que uff...

—¿Las piernas de quién?

Cuando el apareció en el vestidor todos los que habían estado hablando se quedaron callados, Naruto era uno de los principales ya que podía estar en cualquier posición desde mariscal de campo, receptor hasta centro, no les hacía bien enfrentarse con él, en una ocasión uno de los chicos había hecho comentarios sobre Hinata y este no había reaccionado del todo bien.

—¿Por qué no contestan? –pregunto.

—Oye Naruto, ya dinos la verdad ¿Si estas saliendo con la gótica de las ciencias Biomédicas?

—¿Es enserio? Espero que esta sea la última vez que se dirigen así de ella, si salgo con ella es asunto mío, ¡Me oyen! –se sentó en la banca para sacarse el calzado.

—La verdad solo queremos saber si está disponible, antes no había problema con eso, pero ahora que se les ve juntos, pues...

—Ni se te ocurra molestarla Hidan, deja de decir estupideces. Solo déjenla en paz.

—Yo decía. –notando la evidente molestia de Naruto, cada uno de los presentes abandono la conversación.

Naruto cerró los ojos cuando el agua caliente cayó sobre su cuerpo, era el último en las regaderas ya que la mayoría estaban retirándose, se tomó su tiempo. Mientras sentía su cuerpo relajarse figuro en su mente la voz del público, la gente que los animo, dirigiendo su pensamiento en Hinata quien solo había estado de pie mirando.

*

—¿Más galletas? –ella asintió. —Estas galletas de mantequilla siempre han sido mis favoritas, desde que tengo memoria son mi afición ¿Quieres más chocolate?

—Estoy bien. –hizo a un lado su taza para abrazar sus rodillas a su pecho.

—Toma aquí hay más.– le extendió un plato con más galletas, estaban sobre la alfombra en medio de la pequeña sala color celeste, a su alrededor habían varios libros y cuadernos, habían iniciado con su sesión a las siete, desde ese momento habían pasado tres horas. —Me gusta estudiar contigo, siento que todo es más claro, ya sabes sin tanto enredo.

—Has avanzado mucho.-dijo desde la misma posición, tomo una galleta para llevársela a la boca.

—Por favor, no me elogies que me lo voy a creer. No soy el mejor de mi clase, pero me defiendo, debo decir que en gran parte te lo debo a ti.

—...

—Creo que es suficiente ¿No crees? -se puso de pie para caminar a la pantalla de televisión. —Te parece bien si repetimos.

—¿Repetimos?

—La otra vez que me quede en tu departamento nos lo pasamos bien, tengo algunas botanas, ah y unas películas, ¿Quieres verlas conmigo? Es más ¡Voy por ellas!

LYCORIS ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora