˗ˏˋ苦痛 ↬ 𝟢𝟤﹕𝖵𝗂𝖽𝖺.

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𝐓anto Hayami como sus hermanos, excepto Tobirama, estaban igual de horrorizados ante lo que sus jóvenes ojos miraban

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𝐓anto Hayami como sus hermanos, excepto Tobirama, estaban igual de horrorizados ante lo que sus jóvenes ojos miraban. Fue en ese preciso momento en que ella se cuestionó sobre su existencia.

«¿Qué es la vida?». «¿Para que nacemos?». Esas eran las preguntas que se repetían dentro de su mente mientras introducían el inerte cuerpo de Kawarama, quien murió en medio del conflicto entre los clanes Senju y Uchiha, en un ataúd.

A su punto de vista, era una guerra sin sentido, sin un motivo fundamental para continuarla. Lo único que conseguía eran la muerte de cientos de shinobi, en especial jóvenes. Cada persona era vital para el fortalecimiento de un clan. No deberían ser usadas al antojo de hombres con ambiciones de seguir en guerra y destrucción.

Su hermano menor, Itama, se aferró a su yukata; volteó a verlo. Al igual que ella, tenía los ojos vidriosos. No tardó mucho en soltar un par de lágrimas. Trató de calmarlo, su padre no debía encontrarlo en ese estado.

Su progenitor era una persona muy aferrada a las leyes shinobi forjadas mucho antes de que este si quiera naciera. Cuando veía que uno de sus hijos incumplía estas «sagradas normas», recibía un severo castigo. A pesar de que Hashirama era el que recibía más riñas, Butsuma nunca fue igual de rígido con él que con sus tres hijos menores. A Tobirama tampoco lo reprendía, pero él sí sabía cuándo debía guardar silencio y reservar sus pensamientos para las personas correctas.

—Los shinobis no lloran.

Esa frase estaba dirigida para ellos, Hayami lo sabía. Sintió la fría mirada de su padre sobre ella y su hermano menor. Itama trataba de controlar sus sollozos, mas solo conseguía intensificar su llanto. Ella notó que la paciencia de su padre estaba agotándose, así que agachó la cabeza. Colocó su mano detrás de la cabeza del menor y lo obligó a hacerlo también.

—¡Los shinobis nacen para morir luchando! —Butsuma continuó con su discurso.

Miró el ataúd a punto de enterrar. Kawarama murió por llenar las expectativas de su padre, murió por ser un shinobi. Recordó como le suplicaba a este que debía descansar, que las heridas que se hacía en guerra podían jugarle en contra. Aun siendo un niño, él sabía que sus plegarias eran imposibles de tomar en cuenta. La guerra necesitaba más participantes... lo necesitaba a él. No tenía escapatoria: su destino estaba marcado.

—Pueden dar gracias de que lográramos recuperar una parte —dijo orgulloso—. Sobre todo porque esta vez, además del clan Hagoromo, nos enfrentamos a los Uchiha.

Aquellos clanes eran conocidos por ser despiadados en las batallas; jamás retrocedían por sus ansías de poder. Hayami, hasta donde sabía, nunca se había topado con uno para asegurar los chismes que escuchaba en el campamento Senju. Sin embargo, con la muerte de su hermano, comenzó a pensar lo mismo que los demás. Por culpa de ellos, su hermano yacía muerto. Lo que no podía negar era que la responsabilidad era de ambas partes: si su padre no lo hubiera mandado a la guerra, si ella hubiera ido y lo hubiera recibido con atención médica a tiempo... tal vez las cosas serían diferentes.

𓏲๋࣭࣪˖ 苦痛 ; 𝒫𝑎𝑖𝑛𝑓𝑢𝑙 ↝ 𝒰𝑐ℎ𝑖ℎ𝑎 ℳ𝑎𝑑𝑎𝑟𝑎. ミDonde viven las historias. Descúbrelo ahora