La historia empieza cuando Fernando se resigna a que perdió a Leticia en brazos de Aldo Domenzaín. Ella se ve perdidamente enamorada de ese hombre rubio que conoció en el mar. Ella ha demostrado una y otra vez que ama a Aldo y que dejó de amar a Fer...
En el fondo, Tomás suponía que seguía existiendo un sentimiento de su amiga por su ex novio, Fernando. No creía que hubiera sido posible que tan rápido lo olvidara, pero pensó que ella realmente se estaba enamorando de Aldo. Parecía que de verdad quería casarse con él, parecía que en serio lo amaba.
T: A ver Lety, ¿cómo me dices eso? Tú ibas a casarte con Aldo, estabas feliz con él, ¿qué pasó? No, no me digas, Mandiola volvió a manipularte, seguro se hizo la víctima y te conmovió, ¿no? No le hagas caso, no caigas en su red, o vas a perder a Aldo.
L: Tomás, escúchame. No ocurrió nada de eso que estás diciendo. Fernando simplemente se despidió de mí. Él me dio un abrazo de despedida, me dijo que se iba lejos. Lo vi marcharse, y fue horrible Tomás, fue como si una parte de mí se desmoronara en ese momento, como si mi corazón se fuera con él en ese instante, dejándome hueca y vacía, y desolada. Él no hizo nada para manipularme, él solo, me dejó libre, como tanto se lo había pedido, se hizo a un lado para dejarme ser feliz con Aldo, sin embargo, en ese momento fue como si se me cayera una venda de los ojos, porque al ver que lo perdería para siempre, sentía que moría. Me di cuenta de que dejaría de verlo, ¡de que no volvería a verlo nunca más Tomás! ¿Sabes lo que quería hacer en ese momento? Correr tras él, detenerlo, abrazarlo y no dejarlo ir nunca. Es que no entiendo por qué fui tan ciega, me confundí Tomás.
T: ¿Quieres decir que nunca amaste a Aldo?
L: No Tomás, nunca lo amé.
Tomás quedó como en shock. Le dolía también por Aldo, porque lo consideraba una buena persona, pero también le dolía por Leticia. Eso significaba que seguía sufriendo por Fernando.
T: No, no Lety, piénsalo bien. ¿O te dijo algo Fernando para manipularte? Dime la verdad. Es eso, ¿verdad?
L: No Tomás, tu mejor que nadie sabes que lo he amado desde hace tanto tiempo. De hecho, cuando fue la escena del beso con Aurora, me di cuenta de que lo seguía amando, se lo dije a mi mamá. Me llené de miedo Tomás, de un terrible miedo aceptar mis verdaderos sentimientos. Miedo a equivocarme, miedo a fracasar, miedo a decírselo, miedo a lastimar a Aldo, miedo a correr a los brazos de Fernando y no querer soltarlo nunca, un miedo gigante de no querer separarme de su lado, de echar por la borda todo lo construido hasta el momento para poder iniciar de nuevo con él. Fui una cobarde.
T: Entonces, ¿qué le dijiste a Aldo? ¿Cómo fue que terminaste con él?
L: De hecho, fui tan cobarde que yo no fui capaz de terminar con él. Yo pretendía dejar las cosas así, huir de mis sentimientos nuevamente. Pero Aldo se dió cuenta de todo. él me orilló a tomar la decisión de romper nuestro comprimoso y terminé confesándole que sigo perdidamente enamorada de Fernando.
T: No lo puedo creer. ¿Y me lo sueltas así? Es que, ay Lety... En el fondo yo lo sabía pero sinceramente esperaba que te quedaras con Aldo. Es que, él te ama, el te valora.
L: Lo sé, pero no puedo obligarme a amarlo, a corresponderle. Tomás, todo este tiempo fue solo agradecimiento. Estuve con Aldo por agradecimiento.
T: ¿Y ahora qué piensas hacer?
L: Buscar a Fernando hasta dar con él. Se fue Tomás, se fue sin decir a dónde, lo perdí, lo perdí por tonta.
Tomás la abrazó con fuerza, dejando ver, como siempre, su solidaridad y amistad con ella, brindándole su hombro para llorar.
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