Andrew sabía desde muy pequeño que no era deseado en las celebraciones. Aniversarios, cumpleaños, navidades, daba lo mismo, eran todas iguales, él no era necesario ni querido en ellas.Al principio fue optimista, algo que rara vez es hoy en día, y pensó que algún día encontraría a un familia de acogida que lo quisiera mínimamente y lo dejara quedarse en las celebraciones.
Y entonces llegó a casa de Cass.
Cass era perfecta, le leía cuentos aún si era "muy grande para ellos", lo arropaba a la hora de dormir, le daba besos en la frente, no se molestaba cuando peleaba con sus compañeros en la escuela, le hacía chocolate caliente y dejaba que se comiera la masa de galletas que quedaba en el plato, entonces si, Cass era la madre perfecta, su único defecto era que no veía lo que decidía no ver, y dicho así decidió no ver el dolor que le causaba su hijo a Andrew, decidió ignorar los pasos por el pasillo en medio de la noche, decidió ignorar las sábanas llenas de semen y sangre, eso lo destruyó, pero él quería soportar todo eso porque Cass era todo lo que Andrew había deseado toda su vida, alguien que lo quisiera de verdad, alguien que a pesar de ver qué Andrew no era como el niño promedio todavía quería tenerlo en su casa, en su vida.
Y todo se fue a la mierda. Aarón apareció de repente, Andrew se hizo meter en la cárcel juvenil, la mamá abusiva de Aarón, la muerte de esa misma, el odio en los ojos de Aarón. Todo.
Lo enfermaba desear algo más que ese sentimiento de entumecimiento al ver el odio en los ojos de su gemelo.
Después de que le dieron las pastillas todo era entumecimiento, todo lo que normalmente la gente veía desde fuera era todo por las drogas, comentarios sin emoción alguna y risas maniáticas que le daban escalofríos al recordarlas.
Y apareció Neil.
Oh, como lo odiaba.
Neil con su obsesión con exy, neil que usaba lentes de contacto y tinte marrón en su cabello, Neil que le dió su confianza, Neil que lo defendía de los comentario de las demás personas.
Neil que le hacía sentir algo y eso lo aterraba tanto. Bee solía decir que eso era bueno, que estaba empezando a sentir algo por alguien además del odio profundo, que desaparecería cuando empezará a confiar en él pero no desapareció nada, se intensificó.
El dolor, la ira, el miedo, la tristeza y el cariño. Todo volvió como si nunca se hubiera ido.
Y con la llegada de Neil fue como si todo se arreglará mágicamente. Tuvieron sus altibajos pero todo estaba mejorando exepto una mínima cosa.
Todavía no lo querían en las celebraciones
Estaba acostumbrado ya, habían pasado años desde que esperaba algún regalo de un hombre gordo y barbudo que bajaría por la chimenea (solo le permitieron creer en el hasta los 5 años), y ahora tenía 26 años, estaba en un equipo nacional de exy con Neil que ahora era su esposo (por los beneficios de hospital, obviamente), y vivían en una linda casa de dos pisos con sus dos gatos con nombres demasiados largos para ser normales, gracias Nicki.
Y aún estando acostumbrado no pudo evitar el sentimiento de dolor cuando Neil apareció preguntando —terminaste tu maleta para ir a casa de Wickman?
Y ahí estaba el entumecimiento, bienvenido
—no fui invitado -dijo como si nada pasando la página del libros de misterio que renne le regaló la última vez que la vio-, cuando te vas?
La mirada de Neil cambio inmediatamente.
—como que no te invitaron? Allison dijo que lo hizo -le frunció el ceño a su teléfono como si el tuviera la culpa de todo-.
—para de pensar drogadicto, te hará mal -le dijo de forma seca-, tampoco quiero ir, ve tu y se feliz conviviendo con personas desagradables
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Navidades
Fanfictionaún si Andrew está acostumbrado a no ser incluído en las celebraciones desde pequeño no puede evitar que eso lo lastime, obviamente su amado esposo se da cuenta de eso y quiere prender fuego el árbol de navidad . . . . obviamente los personajes no...