"Todos tenemos nuestro intenso y privado apocalipsis", pero también tenemos el potencial de vivificar nuestro mundo. Aunque sea en tintas, podrás contruir ciudades y dejar tu firma en ellas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
***
Así como los ojos, que en ciertas épocas se retira de la presencia de los otros seres vivos para poder invernar, y van a su lugar seguro. Así somos los seres humanos; nos aislamos para sanar las heridas que nosotros mismos nos permitimos que se posara en nuestra alma.
Pero...
A diferencia de muchos, que después de su temporada de invernación/sanación, vuelven al mundo exterior más sanos, más fuertes y con ganas de comerse el mundo; así como si nada hubiese pasado durante su ausencia. Esos son los osos.
En cambio, existen otras personas que son arrastradas a la fuerza a invernar eternamente, ya que son la cueva.
Es difícil salir de aquel lugar que tú mismo eres, por más que luches por dejar de invernar, no lograrás salir de esa temporada, porque eso eres, una cueva sombría, y en ocasiones llegarán cierto ser vivo para que le des refugio, y luego se marchará y hará como si nada hubiese ocurrido.
En las tormentas le brindas refugio a quién te necesite, pero hablarán del frío que estaba todo tu interior. En los derrumbes le darás protección, y se quejaran de lo incómoda que es tu estancia.
No puedes hacer nada para que cambien de opinión, aunque le des algo bueno al ser humano, siempre encontrará el defecto.
A veces, quisiéramos que en vez de quejarse por lo que somos, hiciese algo para que la cueva se sienta más acojedora.
Aunque la presencia sea incómoda o dañe la estructura de la cueva, la misma guarda silencio para no perturbar a su huésped.
En ocasiones, aparecen aquellos murciélagos que permanecen escondidos hastas que no soportan y salen a herir sin ninguna mala intención, y es ahí cuando el huésped saca lo malo de la cueva y olvida lo bueno.
Ése esfuerzo que haces por agradar a los demás, siempre va a ser en vano.
Porque puedes ser bueno en 99 cosas, pero malo en 1 y es en ése pequeño error es dónde se van a afincar para que la herida arda.
