17: Los profesionales

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Rupert y yo nos quedamos en silencio mientras los profesionales se acercaban. Quedaban cuatro de ellos: todas las chicas mas el chico del 2, quien iba por delante del grupo seguida por la chica de su distrito.

—Hemos hecho bien matando a ese pardillo del Distrito 5. —decía Claudette, la chica del Distrito 1— Maldito mentiroso. ¿De verdad esperaba que lo dejaramos vivo después de hacernos creer que los del 9 estaban en ese árbol?

—Aun así, lo habíamos matado antes.

Asi que eso había pasado: Voltt había corrido hacia los profesionales justo después de mi amenaza, después de que le hubiera perdonado la vida, y les había informado de nuestra ubicación. Los profesionales lo mataron y cuando fueron a buscarnos, Rupert y yo ya nos habíamos marchado.

Eso me hizo preguntarme si Bonnie y Voltt habían hecho algun acuerdo con los profesionales. Probablemente nunca lo sabría.

—Íbamos a matarlo tarde o temprano. —dijo el chico del 2, Viktor— Además, ya quedan pocos en la arena sin contarnos a nosotros. Tarde o temprano aparecerán.

—Solo tenemos que matar a la chica del 3, la chica del 7, la parejita del 9 y el chico del 10. No son gran competencia. —dijo Aqua. Me fijé que llevaba varias armas encima. Sin duda alguna, esa chica tenía muchos patrocinadores.

—No los subestimes. —dijo Viktor— La chica del 5 se fue con ellos y ha muerto, ellos también saben jugar.

—Eso es, pececilla. —se rió Claudette, haciéndose paso al frente del grupo. Ahora estaban todos en círculo, y habían dejado de caminar— No te lo creas demasiado, los más arrogantes suelen ser los primeros en caer.

No me cabia duda de que se estaba referiendo al chico del 4, el hermano de Aqua.

—Habla por ti entonces, bonita. —dijo Aqua, haciéndose paso hacia Claudette— Te aseguro que cuando esta alianza termine, tú seras la primera a la que mataré.

—Pero hoy no es el día. —intervino el Chico del 2— Vamos a cenar algo y a descansar.

Me tapé la boca para que no nos escucharan respirar. Al parecer, los profesionales estaban teniendo bastantes problemas de convivencia. Aunque la que más me preocupaba era Immelde, la chica del 2. No decía ni una sola palabra, solo ignoraba las discusiones y miraba a su alrededor, alerta todo el tiempo. Tenía la sensación de que si movía un músculo más, ella me encontraría y me mataría de un flechazo.

Rupert también se había tapado la boca. Los dos, tumbados en la rama, vimos que un par de árboles más alla, había una figura más.

Casi me dió un infarto. Era la chica del Distrito 3, Minerva. Ella también estaba inmovil, intentando que los profesionales no la descubrieran. Ella me vio, y yo la vi a ella. Intercambiamos una larga mirada de alerta durante unos largos segundos, hasta que ella desapareció entre los árboles.

El ruido alerto a los profesionales. De pronto, empezó a escucharse una especie de canto. Como el de un pajaro. Luego, un sonido parecido a los pitidos que hacían las cajas de regalos de patrocinadores al aterrizar la arena.

—¡Por ahí! —susurró Immelde.

Los profesionales empezaron a correr, alejándose de nuestro terreno.

No sabía lo que acababa de pasar, pero no estaba para pensar demasiado. Cerré los ojos inmediatamente y decidí dormir.

Por la mañana siguiente, Rupert y yo nos aseguramos de que los profesionales no habían vuelto.

Bajamos del arbol, y con la ayuda de nuestra nueva red, cazamos un par de veces. Caminamos por la arena hasta encontrarnos con una pequeña cueva. Rupert y yo decidimos que ese sería nuestro nuevo escondite. Era perfecto: estaba bastante oculto y había una piedra que nos servía para bloquear la puerta.

Búscame en los campos --- 72 Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora