Cap 44

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-¿Como es que tú estás aquí?- sentía ternura de tener a la energética Bellatrix tocar sus brazos, como asegurando que realmente era real, el ambiente en el lugar ya no se sentía tenso.

Aun la miraban con curiosidad, como la pólvora las noticias de que la heredera de los Rellish había desaparecido, ahora se presentaba como si nada, al lado del gran mago oscuro. Eris trataba de responder a todas las interrogantes de las hermanas Black poniendo sus hombros tensos.

-Eris te necesito aqui- dijo con la palabra en la boca a las chicas, camino hasta el Lord bajando la cabeza en respeto a su presencia. -Veo que los conoces- aquella mirada estaba dirigida a sus compañeros.

-Tiene razón, mi señor algunos fueron mis compañeros en Hogwarts- bajo la cabeza ocultando el sentimentalismo, el hombre sonrió discretamente que aún a pesar de todo aún extrañaba lo que una vez fue su vida.

La tomó de la mano, el choque del ta todo cálido con el helado lo des concentró un momento, recomponiendose al momento. Saco su varita apuntando a su garganta.

-¡Es la hora!- levanto sus manos, sus seguidores se arrodilladaron a la espera, Eris no lo hizo. Tenía muy grabado en su mente que si el Lord hablaba tan directamente es por la razón que era diferente a todo este mar de gente. -¡Un nuevo mundo les daré!- una llama verde los rodeó dejando un solo camino hasta ellos, sin indicaciones los jóvenes caminaban atraídos al círculo. Voldemort tomó sus brazos y con el hechizo la marca tenebrosa recorría sus pieles.

Dolía, la ventaja que era muy breve. Cada uno tocaba la marca grabada en su piel, ya no había arrepentimiento, ni huída. Rellish personalmente tomó del brazo de Bellatrix exponiendo su piel pálida, los ojos negros de la chica nunca abandonaron los grises hasta que el dolor paro.

-Narcissa tu no- la rubia vio con alivio a la peliblanca, rápidamente Eris volteo a ver a su señor -Esta con Malfoy- el hombre asintió para complacer a la chica.

Rellish iba a tomar del brazo al siguiente, se detuvo justamente al reconocer aquella vestimenta gastada, se congeló por algunos minutos recordando gritos, llantos y el impacto de los golpes impactar con el cuerpo humano. Mientras tanto Snape la miraba atentamente, no creía que podía ser aquella niña entrometida.

-¿Eris?- Voldemort sintió algo en su interior de ver a la peliblanca ver al mestizo, la tomó del hombro devolviendola a la realidad. -¿Piensas que no pertence aquí?- tras decir aquello dos mortífagos comenzaron a acercarse.

La peliblanca reaccionó a tiempo, apuntó su varita al mortifago que tomaba a Severus del cuello. Sintió su cuerpo arder, supo que sus ojos cambiaron al ver al sujeto retroceder.

-Espera que te den una orden antes de avanzar- lo dijo con seriedad, el mortifago sintió ira de que esa chica lo mandara que estaba por levantar la varita. Voldemort se interpuso con un crucio.

-¿Entonces Eris, que me dices?- quería presionarla.

-Mi señor lo necesitamos- Severus sintió ira de que otra vez sea ella que conduzca su vida. No sintió dolor, miro como basura a Eris caminando hasta Lucius -Que el mestizo sea de nuestro lado, ocuparemos señuelos para los aurores-

Voldemort sonrió dando el comienzo del banquete.

Al otro lado del salón Adhara y Arzhel no apartaban la mirada de su hija, al ser el momento indicado comenzo a avanzar, la tomaron desprevenida hasta una esquina.

-¡Madre y Padre que bueno verlos!- solto con ironía, su madre la tomó de los brazos exponiendo les ante ellos.

-Pero no tienes la marca- tocó el área, sintió magia en el cuerpo de su hija. -¿Arzhel?- busco el apoyo de su marido. Eris la detuvo empujandola sin lastimarla.

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