Único

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Esto es una adaptación la obra original pertenece a yunamipolola si quieres leerla pásate por su cuenta.

La nieve que caía sobre los árboles fuera de su jardín era una vista que a Jennie le encantaba ver, jugar con esta y crear muñequitos de nieve al lado de su linda esposa

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La nieve que caía sobre los árboles fuera de su jardín era una vista que a Jennie le encantaba ver, jugar con esta y crear muñequitos de nieve al lado de su linda esposa.

O al menos, antes lo disfrutaba.

Ahora lo único que hacía era llorar. Jisoo estaba igual de triste que ella, pero decía que debía mantenerse fuerte. Debía cuidar a su pequeña que no dejaba de sentirse mal.

—No llores mi linda muñequita de nieve, intentemos hacer de esta navidad un momento feliz —Jisoo acarició su espalda, mientras la oía sollozar—. Sé que nuestro pequeño ya no está aquí, sé que se te desgarra el alma tanto como a mí. Pero mi linda muñequita, debemos seguir.

Jennie tenía siete meses de embarazo cuando tuvo un accidente automovilístico que la dejó en el hospital. A ella no le había ocurrido más que leves fracturas y cortes, pero lamentablemente el pequeñito que crecía en su vientre no tuvo la misma suerte y los doctores terminaron confirmando su muerte luego de varios exámenes.

Fue la peor noticia que pudieron recibir. Jennie sintió que su alma abandonaba su cuerpo, llorando de manera desconsolada con el corazón más que roto. Jisoo recuerda haber visto a las enfermeras contagiarse de la melancolía y acompañar a las madres en el llanto.

Todo pasó tan rápido.

A los cinco días le dieron el alta a la coreana, pero esta parecía seguir enferma. Enferma de dolor, agotada de llorar, pero demasiado triste como para detenerse. Soo la acompañó en su pena, pasaron tardes llorando a los pies de su cama matrimonial, abrazándose como si la vida dependiera de aquello.

Pero lo cierto es que ni los abrazos más fuertes y cariñosos que alguien pudiese ofrecer, le hacían sentir algo. Jennie ya no sentía más que pena y dolor. El brillo de sus ojos fue cruelmente arrebatado y a Jisoo le ardían hasta los huesos ser testigo de eso.

—Te tengo un regalo, amor —dijo la mayor, separándose un poco para alcanzar una bolsa de terciopelo.

Hoy era navidad, el día en donde los doctores le habían dicho a Jisoo y Jennie que existía una alta posibilidad de que su hijo Soobin naciera. Dieron esa aproximación unos meses antes del accidente.

—Toma —le entregó la bolsita, intentando sonreír.

Jennie la agarró sin muchos ánimos, abriéndola delicadamente y sacando del fondo una pulsera de oro. Tenía dos colgantes, uno era una letra S y otro era el rostro de un muñeco de nieve.

La más joven soltó un gemido de dolor de lo más profundo de su ser, cayendo sobre los brazos de su esposa.

—Necesito que sepas que Soobin siempre va a estar en nuestros corazones, amor. Él nos cuida desde lejitos, pero con mucho amor, yo lo sé —le susurró mientras acariciaba sus largos mechones. La sintió asentir en su pecho y no pudo evitar que las lágrimas abandonaran sus ojos.

Snowman || JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora