Capítulo 17

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★𓂃- ˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗ -𓂃★

Siempre llega el momento en el que todo niño comienza a tener preguntas sobre su vida y su entorno.
En un día de la primaria como todos, Sofía prestaba atención a clase, donde hablaban de la familia, ella estaba muy pensativa y extrañada, eso fué así hasta que se terminó el día de escuela, Vausha recogió a Sofía y a Elías de la escuela junto a Karla.
Mientras caminaban, a Vausha le llamó la atención ver que Sofía al caminar solo miraba al suelo y muy pensativa.

—¿En qué piensas tanto?

—Es que... Yo no tengo un papá... O una mamá...

Ella seguía con la mirada perdida, la cual reflejaba el cómo pensaba y pensaba, mientras que, cuando Vausha escuchó el comentario de Sofía, su cara cambió a una seria y Karla, quién iba con él, le miró sorprendida, siguieron caminando en silencio, al menos Sofía y Vausha, Karla se tuvo que apartar tras tener que llegar a su casa con Elías de la mano y antes de poderse desviar de la par de Vausha, volvió a mirarlo fijamente y susurró mientras caminaba.

—Suerte.

Ella siguió caminando por otro lado con Elías hasta llegar a su casa. Vausha no pudo volver a repetir alguna palabra más después de lo que Sofía había dicho al iniciar el camino de escuela a casa, él sabía que preguntas o comentarios como estos saldrían de su boca conforme fuese pasando más el tiempo, y él... No tendría idea de cómo responder a todo eso sin herir sus sentimientos, y ni siquiera podía ser capaz de crear una respuesta.
Cuando Vausha y Sofía llegaron a la casa de Elsie, ella corrió hacia su cuarto y se escuchó que la puerta había sido cerrada fuertemente, como si Sofía llevase prisa.
Vausha se quedó mirando perdidamente el pasillo y solo pensaba, Elsie salió del mismo pasillo y se acercó a Vausha, dándose así cuenta de su cara pensativa.

—No entiendo en qué piensas tanto...

—Elsie... Sofía se está dando cuenta de muchas cosas... —dijo Vausha al mismo tiempo volteando a ver fijamente a Elsie, serio.

—¿De qué estás hablando?

—Me refiero a que ella un día preguntará por sus padres, y, ¿Qué jodida mentira piensas decirle? ¡Es una niña! —volteaba a los lados preocupado.

—Podemos decirle cualquier cosa, deja de conmoverte por ella...

Antes de que alguno de los dos pudiera volver a agregar algo a su conversación, Sofía apareció desde la oscuridad del pasillo por dónde antes había corrido hacia su cuarto.

—Mamá... Tío... —lentamente se acercó a ellos con una mirada que hablaba por ella misma sobre cierta preocupación.

Vausha y Elsie la miraron serios y después se miraron entre ellos incómodamente.
Él trató de hacer menos incómodo el momento y se acercó a Sofía para cargarla, se sentaron junto a Elsie y él soltó una leve pero falsa sonrisa, mientras que Elsie no disimulaba sus escasas ganas de no estar ahí con una cara desagradable.
Sofía miró fijamente a Vausha y en su inocencia de una niña con ocho años, sus preguntas seguían inundando su cabeza.

—Tío... ¿Yo tengo un papá?

En cuanto Sofía preguntó eso, Vausha y Elsie voltearon a verla atónitos, después, Elsie volvió a soltar una mirada de cansancio y miró hacia otro lado.

—Si... Desde luego, sí... —contestó Vausha inseguro de sus palabras y a la vez, manteniendo una sonrisa falsa e incómoda.

—¡Quiero verlo! ¡Quiero verlo!

—No puedes... Él... No está aquí...

—¿Por qué?

Vausha no pudo volver a decir más, tras ser interrumpido por Elsie, quien estaba ya muy irritada por las preguntas que la niña hacía.

—Sofía, deja de hacer esas preguntas, por favor, hablaremos de eso después...

—¡Pero yo quiero saber quién es mi papá! ¡Nunca lo he visto!

—¿De verdad quieres saber? Déjame decirte qué... —con molestia, Elsie apunto de decir palabras hirientes e imprudentes, Vausha la interrumpió con una mirada penetrante y con la cabeza hacia el movimiento de un rotundo no.
Elsie no dijo más y Vausha tampoco, pero Sofía seguía mirándolos a ambos con la duda.

—Sofía... Ve a tu cuarto, por favor, tu mamá Elsie y yo después te vamos a explicar bien las cosas, ahora ella está cansada, ve a jugar ¿Okey? —asintió el rubio al mismo tiempo que bajaba de sus brazos a Sofía y ella corrió lejos para irse a jugar.

Ellos dos se habían quedado solos en la sala y había una ambiente tenso, Elsie miraba hacia otro lado, irritada, mientras que Vausha la miraba fijamente con seriedad.

—Nos vamos a ir a la mierda, Elsie.

—"¿Nos?"

—Si, tú, porque la secuestraste y yo, por ser parte de esto.

—De verdad me estresas... Es solo una niña y se va a creer cualquier cosa que inventemos.

—Bien, entonces le dirás que sus padres están muertos y tú apareciste como su salvadora para adoptarla... —dijo Vausha sarcásticamente.

—Es un buen plan, si vuelve a preguntar, eso le decimos y ya está... No es tan difícil, pero tú lo vuelves así.

—Elsie... Eres una maldita loca, ¿Cómo vas a decirle tal cosa?

—Entonces ve, y dile que la secuestré y estará lejos de sus padres mucho tiempo más —respondió de igual forma con sarcasmo.

—Bien, ya veré yo que decirle. No quiero que se te ocurra decirle algo hiriente.

—Como sea...

Vausha salió de la casa de Elsie molesto y azotó un poco pero no tanto, la puerta.
Elsie se quedó mirando la puerta con enojo y después se levantó para ir al cuarto de Sofía, dónde la vió bajo las cobijas de su cama, sentada. Ella se acercó y movió la cobija, para su sorpresa, Sofía estaba ahí contenta y dibujaba.

—¡¡Mira mamá, soy yo contigo, con Elías y mi tío Vausha!! —habló contenta y levantándose para mostrar el dibujo.

—Ya tienes que dormir, anda.

—Pero mamá, no he cenado...

—Buenas noches —se despidió Elsie mientras la arropaba para dormir.

Sofía se quedó viendo cómo Elsie terminaba de cerrar la puerta y se volvió a levantar, se acercó a la ventana de su cuarto y miró hacia el cielo tan preciosamente iluminado por las estrellas.
Se recargó en la ventana, agachó su cabeza y cerró sus ojos, por último entrelazó sus manos.

—Deseo... Deseo... Deseo por favor, un día poder ver a mi papá y a mi mamá de verdad, mi mamá Elsie no es mi mamá de verdad, ella siempre me ha dicho que no lo es, y odia cuando la llamo "mamá", pero quisiera ver a la real y a mi papá también, por favor...

Desde la casa de Abriil y Azael, Zack corrió hacia el cuarto de sus padres y miraba desde el balcón, el mismo cielo estrellado.
Azael se acercó a él y llevaba una leve pero linda sonrisa al ver a su hijo tan admirado con el cielo.

—No quiero tener que interrumpir, pero, tu mamá nos espera adentro, Zack.

—¡Papá, solo un poco más! Quiero seguir viendo...

—Bien... Pero solo un momento. —asintió.

Zack seguía mirando hacia el cielo y después cerró sus ojos y con sus manos entrelazadas, parecía como si susurrara algo. Azael le miró y no dijo ni una sola palabra al no entender qué era lo que hacía.
Después, él volvió a abrir sus ojos y miró a su padre con una increíble sonrisa y después lo abrazó fuertemente.

—¿Qué estabas haciendo? —preguntó Azael mientras lo cargaba.

—¡Mi maestra dice que podemos pedirles un deseo a las estrellas!

—¿De verdad? ¿Y tú qué pediste?

—Deseé que encontráramos a mi hermana perdida.

—Ese es un buen deseo, Zack...

Ambos mantenían una sonrisa, hasta que tuvieron que entrar nuevamente a la casa.

XIV AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora