Sintió frío a pesar de su pelaje, el sonido del agua la atrajo hasta el lago. Hundió su hocico en el agua cristalina hasta beber, en aquel reflejo la loba cubierta de manchas carmesí miraba fijamente sus imperfecto pelaje. Al transformarse en humana el olor la inundó más, la sangre la hacia envolvía en un trance, saco su lengua por sus manos.
Se acercó al agua para distraerse, tuvo la necesidad de limpiar su rostro, del agua salieron dos brazos empujandola hasta los nmas profundo del agua. Vio imágenes, recuerdos dolorosos, la mirada de horror de su tía, la voz de su madre y a Snape abandonarla. Abrió sus ojos exhausta, no pudo retener el dolor de sus extremidades, se sintió muy débil. Tenía fiebre por el sudor, sus manos estaban vendadas y solo era cubierta por una bata. La sed la atacó, busco con desespero algún jarrón, el olor familiar le indicó que estaba en su habitación, se dejó caer hacia atrás sintiendo su almohada empapada. Intento levantarse esta vez lentamente, sintió ganas de vomitar, se llevó una mano a la boca.
Bajo los pies al frío suelo, logró encontrar una jarrón con agua y un vaso al lado, con ayuda de los muebles alcanzó la mesa. Anhelando el líquido en sus labios se sintió mal porque sus manos temblorosas le impedian tomarlo. Sin creerlo vio como se extrellaba el vidrio contra el suelo, perdió el equilibrio cayendo al suelo, su vista seguía en los fragmentos de aquel material.
Estaba por soltar una mala palabra por su suerte, una mano pálida le cubrió la boca sujentandola fuertemente. Cerró los ojos, sus brazos fueron sujetos por cuerdas hasta sujetarla en las patas de la mesa, su cabeza por poco choca con la madera. Respiro despacio para no vomitar, al estar segura abrió un ojo, vio la silueta de su captor muy cerca, cubriendo aún sus labios.
-No gristes- levanto su cabeza y enfocó aquellos ojos, alcanzó a morder la paloma de su mano. Abundó su captor logró separarse aguantando el grito Eris se dejó recostar en el material de la mesa.
-¡Sueltame!- lo mataría, comenzo a moverse lastimando su piel. No dejaría que Severus la sometiera. -¡Sueltame asqueroso mestizo- el pelinegro la tomó del cuello en un fuerte agarre.-Te crees una perra Rellish- le enseño las marcas de sus dientes en su piel, apretó más fuerte el agarre.
Eris cálculo que tan cerca se encontraba Snape, estiró su pierna para golpear las partes íntimas, el pelinegro logró atraparla antes sujetandola con el peso de su pierna. La bata de la peliblanca se levanto enseñando la piel de las delicada piernas, esto puso nervioso a la pareja.
-¡Sueltame!- trato de que sus voz no flaqueara de tener ante ella a un Snape que no apartaba su vista de ella, su corazón y su cuerpo comenzaron a reaccionar -¡Cobarde!- dijo para distraerse.
Severus con un gruñido logró tomarla del cabello acercando, muy cerca que cada uno podía sentir el aliento cálido del otro. No podía creer que aún a pesar de su cicatriz Eris no dejaba de llamar la atención con su belleza, derrumbando sus pared Snape se entregó acariciando la piel, sus labios comenzaron a hormiguear al sentir la suavidad de los labios de Rellish.
La peliblanca sentía que el beso iniciaría por lo que dejó de luchar, se empujó más a la mesa al sentir como Severus se inclinaba para acercarse a su oreja.
-Iba a salvarte Rellish- lo tomó de las mejillas posando sus labios en los de ella ligeramente -No te iba abandonar-
Un dolor de cabeza y las náuseas la hicieron o levantarse de su cama, p parpadeo notando los rayos colores por la ventana. Busco al chico tocando su pecho agitado, con su juicio en las nubes grito frustrada por soñar con él. Su calidez y su beso la lastimaban, algunas de partes eran reales como sus manos vendadas y el dolor. Deprisa busco levantarse para dirigirse al baño, no se percató de los ojos debajo de su cama.
-Te has tardado- se dejó caer al pie de las escaleras observando a su señor, este la miraba sin expresión alguna -Vendrás conmigo a tu sesion de hoy- no hablo solo captó órdenes. Ya había adquirido una nueva rutina, después de una misión se reunía con Voldemort en su arduo entrenamiento, de todas las áreas la mente de Eris era su desventaja. -Ya me mencionaron tú desliz en la misión-Se levanto dándole la espalda al hombre, respiro calmandose. Como otras veces el dolor la invadió, como neblina observaba sus recuerdos, hasta topar con uno. Tomando con fuerza su varita trato con sus fuerzas sacar al invasor.
-Tan aferrada a tus emociones- menciono saliendo de los recuerdos de la peliblanca que muy cansada trataba de mantenerse en pie, levanto su varita volviendo a sumergirse. Eris cayó en el recuerdo de su escondite justo en el día que perdió a Petunia, por el rabillo de su ojo vio la sombra de Voldemort atento a cada cosa. Tomó su varita apuntandolo, del lago comenzaron a salir ramas sujetandola hasta sumergirla en el agua, faltandole el aire la empujaron hasta estar enfrente del sauce boxeador, la rama impacto en su mejilla. -¡No lo estas intentando!- la tomó de las manos sujetandola en un fuerte agarre, saliendo de su mente.
Eris acostumbrada a su arrebatos intento separarse harta del complicado ejercicio.
-¡Sueltame Tom!- el hombre la miro con asombró, muy rara vez la femina usaba su nombre, detrás de las paredes sin nadie ella daba a relucir su verdadero trato. Sin controlarse su cuerpo se transformó en un gran lobo blanco, gruñendo. Se alistó para la rabieta de la chica, la loba comenzo a correr hasta él, Voldemort la esquivo utilizando hechizos no verbales la detuvo por poco tiempo, era fuerte en ese estado, sin embargo si Eris logrará alcanzar un equilibrio en sus dos formas sería imparable.
En un distracción de la chica logró golpearle el costado, un chillido se escuchó. La vio caer en su forma humana, logró tomarla empujandola con fuerza al suelo sacándole el aire. Se acercó viendo la desesperación de ella.
-¿Que te tiene tan preocupada?- fruncio el gesto al verla tensar sus hombros -Creo saber la causa- camino para sentarse, las manos de Eris le atraparon el brazo, jamás dejaría que los demás se enterarán de la libertad que le regalaba a ella.
-Dime- se alegro de verla tan atenta a sus palabras, con delicadeza logró llevarla hasta el par de sillas -Tienes un asunto pendiente que no has hecho, tu misión fue un fracaso pero esta se que no será el caso- le extendió un vaso con agua.
-¿Si logró hacerlo me darás el día libre?- el mayor se levantó, odiaba cuando se ponía en ese plan. Era aún joven para comprender la magnitud de sus exigencias.
-¿Recuerdame por que quieres ir?- la chica se levantó quedando al frente de Tom.
-Siempre quise conocer otros lugares, ahora puedo-
El mago oscuro asintió, la tomó de la mano. No podía alejar la mirada de la piel de esta chica, debatía la desgracia de que el fuera mayor. Juro no amar a nadie, pero era difícil no pensar en la peliblanca de esa manera. Ante los demás una pupila, aunque bajo su mirada Eris era lo que deseaba.
-Señor yo... - no continuo al estar congelada de la cercanía de su hija con el mago oscuro. Eris vio a su madre, sonrió al ver cómo unas orejas sobresalían detras del vestido de Adhara, Nissa miraba a su amita ocultando una sonrisa discreta. -Perdóneme la interrupcion-
Tom poso su vista en la gris, se levantó viendo la diferencia de tamaños.
-Irás hoy mismo- la chica asintió pasando cerca de su madre sin voltear a verla, tomó de la mano a su muy querida Nissa. Debía de prepararse para lo que haría, tanto emocionalmente como mental.
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.