Aquella triste sonrisa

65 4 3
                                    

Me gustaría creer que solo paso hace poco tiempo, pero la verdad no he contado los días que llevo aquí encerrada, me mantengo de pie pero aún así camino sin ver hacía donde van mis pies. Cuando conoces a la primera voz que constantemente susurra las primeras ordenes, fingir, finge una sonrisa, esa es la primer orden que llego, fue dura pero era un susurro, y entonces apareció en mi rostro aquella primera sonrisa que tanto confundía pero a la vez que calmaba y detrás de ella la tormenta comenzaba, un diluvio se acercaba pero solo se veían algunas gotas.

¿Quien lo diría? Mi sonrisa se apagaba cada noche solitaria en donde mi mente daba paso a los pensamientos, fuertes, destructivos, aquella noche podía sentir mi corazón pidiendo los primeros gritos de auxilio, mi alma que solía ser libre poco a poco quedaba encerrada y mi mente los mataba, sin piedad. La sonrisa desapareció, agua salada salió de mis ojos que tan ciegos dejó, las luces se apagaron y dieron paso a una amiga más que desde ese día viene cada noche a visitarme.

La abracé como a una vieja amiga, parecía que la extrañaba tanto que me entregue por completo a sus brazos, me marchitaba, como una bella flor que muestra su belleza para luego perder las fuerzas y comenzar a perder sus pétalos. Y así paso, al estar en sus brazos, el primer pétalo cayó junto con aquella triste sonrisa que creé para la luz que daba el día, cayó como el sol al ocultarse y daba inicio la noche.
Y en aquella hermosa pero dolorosa espera, estaba yo con mi mente encerrada en aquellas ordenes y mi cuerpo siendo preso de ello, me hundía en la cama, no había agua pero sentía que me ahogaba. ¿Será acaso un castigo divino? No, podría ser solo el principio de un tormento masivo, después de tanto tiempo aun no puedo saber que es, de donde viene y porque está pasando.

¿Quien lo diría, no? Aquella triste sonrisa que ocultaba tanto, aquel rostro que se mostraba risueño y falso, era un secreto, silencioso y tan bien resguardado que iba a ser imposible que alguien lo viera. Mi amada triste sonrisa, aun me acompaña y sale a la luz del día pero decae sin que llegue a caer la noche, me dice que es un placer hacerme compañía siempre y yo la aborrezco porque ¿Quien se daría cuenta de los gritos de auxilio que mi corazón pedía?.

¿Quien lo diría? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora