Capítulo XXX: Una última carta

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Perspectiva de Kamille

Sali con pasos apresurados de la Opera Popular, tome un taxi y en el camino hacia la casa de Alimsej, me mantuve pensativa mientras veia por la ventana. 

Mi mano jugueteaba con cierto nerviosismo la llave que mantenia escondida en mi cartera, desde que Madame Giry me la entrego pude sentir cierta conexión con ese objeto, era realmente extraño.

Varios sueños confusos aparecian en mi mente, mi reflejo no era el mismo, mi cabello era rubio y repleto de rizos, mi cuerpo era mucho más delgado y la voz que salia de mis labios era mucho más aguda, más dulce.

Me sentia confundida en aquellas visiones, yo no podia escoger a donde ir en aquel mundo onirico y unicamente podia dejarme llevar por los acontencimientos que debia presenciar.

Mientras avanzaba por la ciudad de Paris, un escalofrio recorrio mi ser al recordar aquellos ojos verdes que me acosaban cada noche.

Esa mirada repleta de sadismo me hacia temblar aunque no podia reconocer a quien pertenecian esos ojos verdosos.

La voz del taxista con acento cubano me indico que ya habiamos llegado, me saco de mis pensamientos y yo le entregue un billete de 30 euros, indicandole que se quedara con el cambio mientras me bajaba del vehiculo, deseandole una feliz navidad.

Al bajar me acerque a un edificio y llame por el intercomunicador, esperando que mi amiga me abriera.

Escuche el sonido de la reja y pude entrar a aquel recinto, camine por el largo pasillo observando las decoraciones navideñas de la recepción y al llegar al ascensor vi mi reflejo, ciertos nervios se notaban en mi aspecto.

Esperaba haber disimulado mi mentira lo suficientemente bien como para que mi amado Fantasma no se diera cuenta, no pude evitar golpear mi frente con el espejo, no tan duro como para romperlo, pero si lo suficiente como para que me doliera.

-Soy una tonta... siento que lo estoy traicionando- me dije a mi misma, sintiendo las lagrimas nublar mi visión.

Las puertas se abrieron y el reflejo de la mirada fluorescente de Alimsej me recibio cuando levante la cara. El ascensor era privado y me habia llevado a la entrada del piso de la morena.

-Adelante, amiga mia- dice con su voz calida, invitandome a su hogar y yo no puedo negarme, me sentia tan insegura sobre lo que estaba a punto de hacer.

Mis pasos se sentian pesados y el sillón estaba muy lejos, o al menos así lo percibia yo. La pelinegra me tomo del brazo y me llevo hasta el cómodo sofa, yo me deje caer como si absolutamente todo mi cuerpo pesara.

Recoste mi cabeza del espaldar de cuero y me dedique a ver el techo, mis manos se mantenian apretando la falda de mi vestido esmeralda.

-¿Me vas a ayudar en esto? Entiendo perfectamente si no piensas hacerlo, es más, deberia regresar a casa Giry, yo...- dije producto de los nervios, empezando a buscar mi teléfono con manos temblorosas en mi bolso y Alimsej me lo arrebato, yo me acomode en el sofa lista para reclamarle.

-Haz silencio, Kamille- dice la morena con su tipica voz severa, yo no puedo evitar quedarme callada: -Desde que te lei las cartas y te adverti sobre tu futuro tú insistes en continuar investigando, sabes que te estás arriesgando demasiado al seguir frecuentando a ambos hombres.

Ella me entrego mi bolso y yo lo deje a mi lado en el mueble: -Lo sé, pero esto va más allá de la relación que tengo con ambos, siento que debo averiguar la verdad de Christian Chagny, Alim- digo en un tono suplicante: -No sé como explicarlo, pero siento que lo que sea que le ocurrio a Christine Daaé también me está afectando a mi- digo bajando la mirada, la desesperación que tuve en sueños no pudo ser algo inventado, la sentía tan propia aunque no lograba entender que me habia llevado a ese punto.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2024 ⏰

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