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Extraño.

João Félix despierta una mañana sintiéndose bastante extraño, pero no como si estuviera a punto de enfermarse. Era simplemente extraño, como si su cuerpo se moviera a cámara lenta desde que se levantó de la cama para alistarse antes de ir a entrenar.

¿Debería preocuparse?

Y si...

Un pensamiento cruzó por su mente.

Imposible, se dijo a sí mismo. Él sabe que los betas no suelen experimentar cambios significativos en su biología, y mucho menos a esta altura de su vida.

No seas tonto. Tienes 24 años, es imposible que eso suceda.

Se dirigió al entrenamiento, convenciéndose de que lo que pensaba no se haría realidad.

( ☆ )

No aguantó más. Apenas media hora de entrenamiento y un calor insoportable se extendía por todo su cuerpo.

— Maldita sea... No puede ser —murmuró para sí mismo, tomando un momento para respirar profundamente.

De repente, percibió un aroma proveniente de Frenkie de Jong que se acercaba a él. João Félix nunca antes había podido "oler" a alguien, pero este aroma era suave, característico del neerlandés.

— ¿Félix, te sientes bien? —preguntó el rubio con tono preocupado— Te ves algo pálido.

João estaba asustado. El calor y la variedad de aromas desconocidos lo abrumaban.

— Yo... No sé qué tengo...

Tras este episodio, João Félix abandonó el entrenamiento. Su cuerpo y su miedo no le permitían continuar, retirándose del campo y dejando a Frenkie de Jong y al resto del equipo intercambiando miradas desconcertadas.

Era bastante inusual por parte del menino, el chico jamás abandonaba la práctica. Esto no era normal, había algo más.

Xavi se dio cuenta, al igual que todos los presentes. Después de reflexionar un poco, decidió llamar a Cancelo, sabiendo de la conexión portuguesa y la buena relación entre ambos jugadores.

— Perdona que te lo pida, pero ¿podrías hablar con Félix? Él dejó el campo solo y no se veía bien -le pidió Xavi.

— Si, yo hablare con él.

( ★ )

— Mô, ¿dónde estás? -llamó Cancelo mientras buscaba a su compañero.

Finalmente, encontró a João Félix en el baño de betas intentanto esconderse dentro de un cubículo, lidiando con los síntomas desconcertantes. Al ingresar, Cancelo notó un cambio en el aroma de Félix, algo que no había percibido antes.

"Omega"

Olía como un omega.

Cancelo respiró hondo y pudo inhalar el suave pero potente aroma a canela.

Estaba bastante nervioso, sentía a su lobo interior revolverse, era imposible controlarlo.

"Mira, lobo tonto, quédate quieto. Aquí no va a pasar nada". Le dijo a su animal.

Autocontrol. João Cancelo era un alfa con mucho autocontrol y no iba a asustar a Félix de esta manera, ni lo iba a dominar, por más que su lobo quisiera. Él no era de esos alfas impulsivos que se lanzan sobre un omega o beta en un estado indefenso.

"Ya, quédate quieto animal"

— Menino, háblame. ¿Qué está pasando? —preguntó el alfa con preocupación al ver la incomodidad en el rostro del beta, que ahora por alguna razón era omega- Todos están preocupados.

— ¿Alfa? —le respondió Félix confundido.

Madre mía. João Félix Sequeira, ese mismo, lo estaba reconociendo como su alfa. Su corazón y su lobo iban a explotar, de una manera no literal. ¿Eran destinados? ¡¿Eran destinados?! Con razón, el mayor nunca había conocido a su pareja destinada, y resulta que siempre estuvo en sus narices.

Sintió otra vez revolotear. "Es nuestro, nuestro omega".

"Ya cálmate, joder".

— Mô, necesito que me hables y que me digas cómo te sucedió esto.

— No sé, desperté así en la mañana antes de venir, pero no pensé que fuera esto. Tengo 24 años, es imposible. Imposible. —le explicó el menor, intentando contener las ganas de llorar.

El portugués mayor realmente no sabía qué responder; ya estaba lo suficientemente nervioso con su lobo.

"Haz algo humano tonto, nuestro omega sufriendo. Su olor se está volviendo agrio por el estrés, no me gusta"

"Ya, joder, solo déjame pensar"

¡Eso era! El baño de los omegas siempre tenía un botiquín para estos casos.

— Dame un momento.

— No te vayas...

— Te prometo que no demoro menino —le revolvió los pelos ondulados.

Esperaba no tener problemas con ningún omega por entrar a su baño, por suerte estaba vacío y tomó lo que necesitaba, al igual que fue a buscar una botella de agua.

— Mô, volví. Ven te ayudo vamos a los lavamanos. —Sugirió ya que desde que encontró a Félix estaba escondido en un cubículo y no quería que se tomara las pastillas ahí.

— Es que... — Félix se puso rojo como un tomate.

— ¿Es que...?

— Siento algo viscoso... ya sabes donde...

— Oh... —Ya sabía a lo que se refería. Cuando un omega entraba en celo y se presentaba... Bueno eso pasaba, eso...

Que incómodo.

"Como que "oh" pendejo, haz algo antes que yo tome el control" le volvió hablar su lobo.

"Y yo cuantas veces te tengo que decir que cierres el hocico animal"

"Hmm" le renegó su lobo.

— Bien, hagamos esto. Te vas a tomar esto —Le entrego una serie de pastillas al menor, eran mas que todo calmantes para sobrevivir al dolor, la fiebre y los calambres que daban — Te acompaño a las duchas, te pegas un buen baño. Habló con Xavi y nos vamos a casa. ¿Te parece?

— Si... gracias —Le dijo apenado

— No pasa nada mô. Para eso estoy.

— Pero no le digas a Xavi de esto... Yo... Yo le diré.

— Esta bien, tranquilo menino.



( ☆ )

No tengo ni idea de esto que estoy escribiendo me lo invente todo como a las 2am cuando iba ya a dormir 💀💀💀💀

No tengo ni idea de esto que estoy escribiendo me lo invente todo como a las 2am cuando iba ya a dormir 💀💀💀💀

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Dividí el cap en 2 porque me dio pereza seguir escribiendo wlkdkwkd

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