CAPÍTULO II

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El señor Park fue uno de los primeros en presentar sus respetos al señor Kim. Siempre tuvo la intención de visitarlo, aunque, al final, siempre le aseguraba a su esposa que no lo haría; y hasta la tarde después de su visita, su mujer no se enteró de nada. La cosa se llegó a saber de la siguiente manera:

observando el señor Park cómo su hijo se colocaba un sombrero, dijo:

—Espero que al señor Kim le guste, Minnie.

—¿Cómo podemos saber qué le gusta al señor Kim —dijo su esposa resentida— si todavía no hemos ido a visitarlo?

—Olvidas, mamá —dijo Jimin— que lo veremos en las fiestas, y que la señora Long ha prometido presentárnoslo.

—No creo que la señora Long haga semejante cosa. Ella tiene dos sobrinas en quienes pensar; es egoísta e hipócrita y no merece mi confianza.

—Ni la mía tampoco —dijo el señor Park— y me alegro de saber que no dependes de sus servicios. La señora Park no se dignó contestar; pero incapaz de contenerse empezó a reprender a uno de sus hijos.

—¡Por el amor de Dios, Hobi no sigas tosiendo así! Ten compasión de mis nervios. Me los estás destrozando.

—Hobi no es nada discreto tosiendo —dijo su padre—. Siempre lo hace en momento inoportuno.

—A mí no me divierte toser —replicó Hobi quejándose.

—¿Cuándo es tu próximo baile, Minnie?

—De mañana en quince días.

—Sí, así es —exclamó la madre—. Y la señora Long no volverá hasta un día antes; así que le será imposible presentarnos al señor Kim, porque todavía no le conocerá.

—Entonces, señora Park, puedes tomarle la delantera a tu amiga y presentárselo tú a ella.

—Imposible, señor Park, imposible, cuando yo tampoco le conozco. ¿Por qué te burlas?

—Celebro tu discreción. Una amistad de quince días es verdaderamente muy poco. En realidad, al cabo de sólo dos semanas no se puede saber muy bien qué clase de hombre es. Pero si no nos arriesgamos nosotros, lo harán otros. Al fin y al cabo, la señora Long y sus sobrinas pueden esperar a que se les presente su oportunidad; pero, no obstante, como creerá que es un acto de delicadeza por su parte el declinar la atención, seré yo el que os lo presente.

Los muchachos miraron a su padre fijamente. La señora Park se limitó a decir:

—¡Tonterías, tonterías!

—¿Qué significa esa enfática exclamación? —preguntó el señor Park—. ¿Consideras las fórmulas de presentación como tonterías, con la importancia que tienen? No estoy de acuerdo contigo en eso. ¿Qué dices tú, Taemin? Que yo sé que eres un joven muy reflexivo, y que lees grandes libros y los resumes.

Taemin quiso decir algo sensato, pero no supo cómo.

—Mientras Taemin aclara sus ideas —continuó él—, volvamos al señor Kim.

—¡Estoy harta del señor Kim! —gritó su esposa.

—Siento mucho oír eso; ¿por qué no me lo dijiste antes? Si lo hubiese sabido esta mañana, no habría ido a su casa. ¡Mala suerte! Pero como ya le he visitado, no podemos renunciar a su amistad ahora.

El asombro de los jóvenes y la señora fue precisamente el que él deseaba; quizás el de la señora Park sobrepasara al resto; aunque una vez acabado el alboroto que produjo la alegría, declaró que en el fondo era lo que ella siempre había figurado.

—¡Mi querido señor Park, que bueno eres! Pero sabía que al final te convencería. Estaba segura de que quieres lo bastante a tus hijos como para no descuidar este asunto. ¡Qué contenta estoy! ¡Y qué broma tan graciosa, que hayas ido esta mañana y no nos hayas dicho nada hasta ahora!

—Ahora, Hobi, ya puedes toser cuanto quieras —dijo el señor Park; y salió del cuarto fatigado por el entusiasmo de su mujer.

—¡Qué padre más excelente tenéis, hijos! —dijo ella una vez cerrada la puerta—. No sé cómo podréis agradecerle alguna vez su amabilidad, ni yo tampoco, en lo que a esto se refiere. A estas alturas, os aseguro que no es agradable hacer nuevas amistades todos los días. Pero por vosotros haríamos cualquier cosa. Taehyung, cariño, aunque eres el más joven, apostaría a que el señor Kim bailará contigo en el próximo baile.

—Estoy tranquilo —dijo Taehyung firmemente—, porque, aunque soy el más joven, soy el más alto.

El resto de la tarde se lo pasaron haciendo conjeturas sobre si el señor Kim devolvería pronto su visita al señor Park, y determinando cuándo podrían invitarle a cenar.



Orgullo Y Prejuicio (YM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora