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El aburrimiento consumía al chico con sombrero, llevaba horas buscando a la persona que le habían pedido pero estaba arto.

El día había sido agotador para él, estaba cansando y quería descansar al menos un rato de los mandatos de su reina aunque sea un momento. Al menos está vez no tenía a la Sota de Corazones detrás suya regañando cada movimiento del chico.

Siguió su camino a un prado apartado, recostandose en el pasto dejando descansar su cuerpo en este.

Sus ojos descansaban la vista en el cielo iluminado por los mínimos rayos de sol, pronto iba a oscurecer, si se le ocurría volver ahora la reina lo mataría en ese mismo instante.

Soltó un suspiro de resignación, decidiendo dejarse encantar por el ambiente tranquilizante que lo rodeaba. Sus párpados se volvieron pesados, dejándolos al fin descansar.

¿Crees que pueda lograrlo Jack?- preguntó una voz aguda femenina.

El nombrado abrió los ojos dejando ver la vista del cielo, la luz del atardecer rodeaba el ambiente.

Este dirigió un mirada a una niña que se encontraba sentada a su lado, tenía la piernas recogidas rodeando sus brazos y en su mirada se notaba la preocupación que está tenía.

Depende, ¿quieres mi opinión personal o la pública? - dijo en burla ante la pregunta de la niña.

La de menor tamaño se quedó en silencio, siguió perdida en su mirada al cielo y en su rostro su mirada empezó a ser cabizbaja. El devolvió su mirada al cielo, las nubes ya se iban a ocultando al parecer, dejándose ver una combinación de colores fríos y cálidos en este.

La primera vez que ti vi, pensé que eras un simple niña llorona insoportable y que de seguro no serías capaz de matar ni a una mosca -dijo el de marca de corazón- Pero ahora es totalmente diferente.

La atención de la niña fue conseguida para el de traje, ella lo miraba curiosa esperando que dijera algo más en su discurso.

Ahora te veo, y brillas, ya sea porque hagas la mínima cosa te esfuerzas por intentarlo aunque te digan que no es así. Aunque eres un año menor que yo, siempre me demuestras que eres más fuerte que todos aquí - dijo el de sombrero sentándose y mirando hacía su alrededor- Eres la persona más fuerte que he conocido niña.

El chico devolvió su mirada hacía la de un año de menor edad que él, dando así su vista de encontrandola desbordando en lágrimas que rodaban por sus mejillas. Él se alteró, su nerviosismo de no saber que hacer lo llenó por completo en su ser.

¿Ahora por qué llorar esta vez niña?-preguntó el de sombrero.

Ya te dije que no soy una niña- reclamó la de menor estatura.

Cuando me pases en estatura hablamos- detuvo su hablar- niña.

Molestando siempre a la de menor tamaño, no había ocasión que no lo hiciera y siempre terminaban discutiendo aunque ninguno tuviera la razón.

Los dos se miraron una vez más, la niña le sacó la lengua en sentido de burla y él repitió su acción. Los mismo rieron por su actitud de manera unisa, las carcajadas de los dos se escucharon por todo el prado en que se encontraban.

Cualquiera que nos viera nos diría que estamos dementes -dijo el de mayor estatura

Si es verdad, pero mi mamá me decía siempre - dijo la menor haciendo una pausa melancolíca- Que las mejores personas lo están.

Pues ella era muy sabía — aduló —Aunque creo que la liebre no cumple mucho ese papel.

Una vez más se encontraban riendo por sus palabras, aunque los dos no lo dijeran y quisieran guardarlo entre su interior, amaban estar juntos así sea que estén siempre discutiendo.

Las risas continuaron resonando hasta que poco a poco se empezaron a hacerse distantes, volviéndose un sueño entre tantos perdidos en su interior y una vez más desvaneciéndose como el viento.

Abrió sus ojos, parpadeando lentamente para recobrar conciencia de el lugar donde se encontraba dando vista al prado en que había decido descansar y el cielo levemente nublado dando un aspecto de melancolía. Recobró los sentidos, sentándose en su puesto y dejando que el viento refresque su piel.

"Ojalá perder la cabeza en este instante"

Ahí se encontraba la de tamaño dudoso en la gran reunión de té al que la habían invitado, escuchando las locuras de la liebre, las preguntas de el sombrerero y el ratón que la rechazó desde que el primer pie que puso en aquel mágico lugar, junto al ser que la trajo a su tortura, el gato sonriente.

Llevaba rato de haber llegado, el estrés la consumía nuevamente, no viendo la hora de irse de aquel lugar o abandonar aquel sueño loco que estaba teniendo.

Aunque el que más se refería a ella como "Alicia" era el señor sombrerero, desde que puso un pie en aquella fiesta no ha dejado ni un instante de llamarla por aquel especial nombre honorado del lugar. La presión de que tendría que hacer, ser y lograr la perseguía por tan solo querer recuperar su collar al seguir a un simple conejo.

Soltó un suspiro de resignación esperando que alguien la sacara de aquella tortura. En lo lejos se escuchaba el fuerte roce de armadura y el galopar de los caballos resonando en el suelo, junto con un ladrido bullicioso como si advirtiera su llegada. El sombrerero decidió ocultarla adentrando a la nueva visitante en una gran taza para su tamaño, así encerrandola para ocultarla de los ahora nuevos visitantes que hacían presencia en el lugar.

Era la Sota de Corazones y sus tropas junto a un perro sabueso que se encontraban en busca de la recién llegada al inframundo, buscando pistas de en donde podría encontrarla antes de que ocurra algo peor.

Un gusto verlos de nuevo señores y roedores - dijo para después mirar a cada uno de ellos como si pudiera descifrarlos con tan solo mirarlos.

Los nervios se hicieron presentes en los anfitriones de la fiesta de té, debido a su posible culpabilidad de que puedan atraparlos por proteger a su invitada.

Como era de esperar la Sota se retiró del lugar junto a sus tropas, abandonando el lugar, así consecutivamente que ellos volvieran a respirar para sí, para por fin poder salir de su tortura y abandonando al fin la tan alborotada fiesta gracias al sombrero.

Como era de esperar la Sota se retiró del lugar junto a sus tropas, abandonando el lugar, así consecutivamente que ellos volvieran a respirar para sí, para por fin poder salir de su tortura y abandonando al fin la tan alborotada fiesta gracias al ...

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@ririkw

(1061 palabras)

Do yoυ reмeмвer мe? | 𝗝𝗮𝗰𝗸 𝗛𝗲𝗮𝗿𝘁 [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora