Jarapellina

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Mi relación con aquella chica la podría definir con una palabra "nostalgica". Durante mis días libres del trabajo, volvía a aquella biblioteca para acompañarla en sus horas de servicio, ponernos a buscar en uno por uno de los libros alguna nota y ya que estábamos en ello, ir desempolvando cada texto revisado. Pocas veces encontrábamos algo, cuando lo hacíamos íbamos a su departamento y con ayuda de una tabla de números intentábamos descifrar los mensajes. Siempre se me olvidó preguntarle su nombre, para referirme a ella le decía en un tono cariñoso "la maestra de los textos".Nunca me hablaste de tu nombre tampoco, ni se me pasó por la cabeza fijarme en el gafete que colgaba de tu suéter color avellana, que cubría un gastado vestido de viejo roble. Supongo que te gustaba que te hablará de esa manera por que te sentías un alma vieja, algo sabia con el desgaste de años de una vida apresurada que una vez te animaste a contarme tras ahogar las penas en alcohol. Tal vez el propósito de esta búsqueda nos daba un sentido a ambos, tratar de evadir la realidad, cuyas maniobras de escapismo estaban vinculadas a ser una ilusión de la monotonía o el sufrimiento de una vida vacía. Tal vez la puerta oscura era una forma de decirnos, indirectamente, que queríamos escapar del vacío que existía dentro de nosotros. Cuando te comenté eso reíste un poco, tras secar tus lágrimas, me tachaste de cursi y cliché. Mire por un momento lo desgastado de tu vestido, descolorido, marchito, un poco roto de la parte inferior, con algunas manchas de quemaduras de cigarrillos, lleno de agua y sal. Concluí entonces que no querías escapar de tu mundo, que lo abrazabas con cierto orgullo sin importar como se viera, que si me querías ayudar con estas paranoias oníricas tal vez me viste igual de gastado que las cosas que acostumbrabas tener. Una vez volví a verme en el espejo entendí que llevaba días sin comer bien, que mi cara comenzaba a demacrarse y mi mirada estaba gastada, estaba solo pero sentía que aquella presencia seguía allí, desde ese día los sueños de aquel portal se volvieron ininterrumpidos.

Corazón de un tiempo perdido: Te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora