Quiero el divorcio

Cap 15: Porque no quiero que seas infeliz

La brisa nocturna se coló por la ventana entreabierta hacia la habitación, trayendo el refrescante aire de la noche de verano, poco común. Las páginas del libro sobre la mesa se agitaron, haciendo un leve sonido, muy claro en la silenciosa habitación.

Ye Fei se quedó pasmado, inconscientemente levantó la vista hacia el origen del sonido, hasta que su mirada cayó en la puerta, recordó que Yan Xiao todavía estaba afuera.

—"No quiero que te mudes".

—"Tampoco quiero divorciarme".

Quizás por la tranquilidad nocturna que adormecía el pensamiento, Ye Fei sintió que el Yan Xiao que dijo esas dos frases era un poco digno de lástima.

Sin embargo, rápidamente desechó esa idea de su mente. No importaba desde qué ángulo, la palabra "digno de lástima" no podía aplicarse a Yan Xiao.

Por el contrario, Joven prodigio siempre había sido la etiqueta habitual pegada a él. Aunque ocasionalmente mezclado con sonidos disonantes como solitario y obstinado, podían ser ignorados por completo.

Ye Fei se rió entre dientes, a Yan Xiao le disgustaban las tareas repetitivas y los comportamientos ineficientes, cada minuto y segundo de su tiempo era muy valioso. Su pareja de matrimonio por contrato no estaba mal, había sido muy útil para bloquear el acoso de su familia para que se casara, así que no había necesidad de tomarse la molestia de cambiarlo.

Esa era la razón por la que se negaba rotundamente a divorciarse y tampoco quería que se mudara.

"Ye Fei", continuaron los golpes rítmicos en la puerta, Yan Xiao preguntó cortésmente: "¿Puedo pasar?"

Ye Fei agarró la camiseta de la silla, respondió: "Está bien."

Como si hubiera estado esperando esa frase, en el siguiente segundo, Yan Xiao abrió la puerta de golpe, tan rápido que Ye Fei apenas se había puesto la mitad de la camiseta.

"Maldición", se rió entre dientes, extendió la mano para intentar jalar hacia abajo el dobladillo levantado en la parte posterior, "tanto apuro traías".

La nuez de Adán de Yan Xiao se movió sin decir nada, casi deslumbrado por la espalda semidesnuda.

Ye Fei era delgado, pero no raquítico, su cuerpo era esbelto y firme. Un par de bellas escápulas desplegadas como si fueran a echar a volar, con un arco sensual en el medio, bajando por la blanca espalda hasta finalmente desaparecer en la profunda hendidura de la cintura.

También parecía haberse quitado los pantalones, la pretina ligeramente baja, atrapada sobre el redondeado trasero, revelando un poco del elástico de los calzoncillos negros.

Más provocativa que la total desnudez era esta insinuación a medio cubrir.

"¿Qué está pasando?" Ye Fei no soportaba el calor, su cuerpo estaba ligeramente sudoroso, haciendo que la camiseta fuera aún más difícil de jalar. Se cansó tanto que sus brazos dolían, pero no logró arreglarla. Impaciente, pensó en simplemente quitársela, después de todo eran dos hombres adultos, no tenía por qué ser tan quisquilloso, cuando de repente sintió una mano sumamente caliente sobre su espalda.

Ye Fei volvió la cabeza y sus ojos de inmediato chocaron con los oscuros orbes de Yan Xiao.

A diferencia de su habitual calma como un pozo antiguo, en ese momento Yan Xiao lo presionaba firmemente de la espalda, la línea de la mandíbula ligeramente tensa, la intensa mirada fija en su rostro, mostrando una agresividad intensa.

Como un depredador alfa en la selva a punto de abalanzarse sobre su garganta.

Cuando sus miradas se cruzaron, hubo como chispas eléctricas destellando en el aire.