¡Profe, No Borre El Pizarrón! L.S.

22. La foto

Aunque el asunto de Wade aún rondaba por mi mente, había decidido concentrarme en algo más, así que tomé un libro de la biblioteca y me dediqué a estudiar voluntariamente para los exámenes que se aproximaban. Lo cual me hacía recordar la proximidad del verano y mi graduación.

Siendo sincera conmigo mismo, y con el resto del mundo, no me sentía preparado para acabar la escuela. No podía creer lo rápido que pasaba el tiempo.

Pensar en que estaba en último año, a nada de terminar, y que pronto debía abandonar estos pasillos me hacía cercana a la idea de correr a casa a cortarme las venas con galletas.

El lado positivo de acabar la escuela era que no volvería jamás a ver el horripilante libro de Física ni el de álgebra.

Un rostro que extrañaría en caso de que todo salga mal es el del profesor Styles.

¿Qué se supone que haré cuando el profesor Styles ya no sea mi profesor? ¿Existe alguna forma de continuar con nuestras vidas como personas normales fuera del salón de clases? Me refiero a una vida normal, como si jamás hubiésemos tenido la relación de profesor—alumno. Me pregunto qué pensarían mis padres, qué pensarían mis compañeros de clase, el director, los compañeros de trabajo de Harry...

Mientras más pienso en eso, mientras más pienso a qué nos exponemos, más pienso que es un riesgo total seguir a su lado. Estaba enamorado de él, quiera o no quiera estarlo. Quería una relación con él, anhelaba poder estar a su lado.

Harry Styles era mi profesor, y estaba enamorado de él.

Gruño frustrado y me golpeo la cara con el libro.

Todo pasó tan rápido que a veces siento mi cabeza girar.

¿Cómo me enfrentaría a todo lo que se me venía?

Tomo un profundo respiro antes de abrir el libro y dedicarme a estudiar.

Mi teléfono vibra en mis bolsillos.

Esperando que sea un mensaje de Harry lo sacó rápidamente.

Es un mensaje de texto de un número desconocido.

Oh, no, es una foto.

Espero ver una de esas fotos estafa en la que se encuentra una persona atada a una silla con la cabeza cubierta por una funda negra más el amenazante mensaje de que tienen a uno de tus familiares secuestrados, pero no, la foto adjunta es peor.

Somos Harry y yo, sentados en ese restaurant a las afueras del pueblo el día del festival, tomados de la mano.

Me pongo frío.

"¿De quién es este número?"

Envío el mensaje.

"De alguien que considera enviarle esa misma foto al director. J"

Carajo.

****

Doy vueltas y vueltas alrededor del sofá esperando a que Wade o Zayn me digan algo al respecto. Mi corazón no ha dejado de latir cual bombo en mi pecho, en un ritmo escandaloso y errático.

Wade se encoge de hombros y me mira con esa expresión que todo lo que hace es decir a gritos "te lo dije".

—Te lo dije —dice. Pongo los ojos en blanco—. Sabía que algo así te iba a suceder tarde o temprano ¿O no te lo dije, Louis?

Me cruzo de brazos.

—Me lo dijiste, sí, pero eso no me importa —gruño—, más me interesa saber qué demonios hacer al respecto.