Narra Ana
Roseth fue rara desde que la conocí, no quería ser mala con ella, pero su personalidad era agradable hasta que me veía e intentaba estar encima mío siempre.
Roseth era la niña nueva del último año de secundaria, llamó la atención de todos en cuanto entró por la puerta del aula, al principio pensé que podría ser una buena conocida o amiga más.
Le conté a mis amigos esa actitud rara y que eso desataba preocupaciones en mí, porque aunque no era capaz de decirle que se alejara de mí siempre buscaba excusas para huir de ella.Muchos consideran que yo soy popular a donde sea que vaya, creo que debe ser por mi amabilidad y que no me da pena saludar a la gente. Entonces en cuanto pude me presente con Roseth, fue un error...
Ella empezo a seguir de mi tiempo, que la acompañara o nos vieramos seguido, que no saliera con mis amigos ni novio. Fue siempre una amistad desde mi lado sin embargo en un momento dude de sus intenciones
—No tengo que explicarte nada, es mi vida y si quiero ir a casa de mi novio voy a ir —le grite a ella.
Estábamos saliendo de la secundaria, iba a tomar el transporte público con Diego y Roseth me empezó a criticar por querer irme con él.
—Porque él no es bueno para ti, yo soy más importante y mejor que él
—Deja cometer mis errores, es mi novio, yo lo quiero y es bueno conmigo —segui con mi camino, la deje atras por unos pasos, dandole la espalda. No me importa que pasara con ella, estaba arruinando mi vida, en mi cabeza no dejaba en pensar en que ella era lo peor que tenía en mi vida en ese momento.
Durante semanas estaba buscando la solución para alejarme de ella sin ser cruel.
—Pero serias más feliz conmigo —me grito.
De repente mi mochila me tira para atrás, quedo al frente de ella y me roba un beso pequeño.
Todo tuvo un sentido diferente ahí.
Luego tuve ayuda de mis amigos para evitar a Roseth, sin embargo aún podía sentir su mirada aunque ya no hablábamos, nunca desapareció de mi vida. Podía encontrarla tomando el transporte público conmigo, aun cuando antes siempre venía su padre a buscarla en auto.
Así avanzaba el año, yo vivía en un pueblo pequeño, todos teníamos conocidos en común.
Una noche salí de fiesta al único antro en la zona por mi cumpleaños número dieciocho, en la fiesta pude ver a Roseth que me pidió disculpa por sus actitudes pasadas. Yo tuve el corazón débil y la mente con alcohol que decidió perdonarla.
Todo fluía bien...
Entonces un día a la salida del colegio en mi pueblo se daño el autobús escolar, nadie podía llevarme a mi casa que era un poco apartada.
—¿Te gustaría que te llevemos? Mi papá no tiene problemas —me ofreció Roseth ese día.
Eramos amigas de nuevo ¿no? ¿Entonces por qué me hizo eso? Fuimos las últimas dos en irnos ahora que lo pienso, nadie sabía que me iba con ellos.
Ya dentro del auto vi por primera vez al padre de Roseth, es un hombre alto y robusto, que tenía una actitud predominante que me hizo dudar de cada palabra que soltaba.
Por estar sumergida en mis pensamientos no capte hasta que fue muy tarde que íbamos lado contrario a mi casa, estábamos cerca de la de Roseth...
—Roseth... ¿por qué estamos aquí? —volteo a verla confundida.
No hay más casas cercas, es algo común en esta zona, muy pocas son la gente que viven en el centro del pueblo que suelen ser solo veinte calles con más quennada tiendas, la escuela y la iglesia.
—Yo... Lo siento, le pedí este favor a papi antes de irnos de nuevo —me explico ella.
En ese momento entramos al garaje de la familia, se bloquearon las puertas, mientras el señor ya dentro de su casa me volteaba a ver.
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Huir
Short StoryAna sabía que el día era extraño, cuando tuvo que caminar a casa por la avería del auto y del trasporte escolar ese día se confirmaron sus teorías. Lo que no esperaba es que su compañera de clase con su padre la secuestrarian