¡¿𝐌𝐀́𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐀𝐋 𝐂𝐇𝐎𝐂𝐎𝐋𝐀𝐓𝐄?!

PARTE 2: ¡¿UNA MENTIRA?!

Willy casi se desmaya de la sorpresa, pero, muy enorme sorpresa. No sabía que más decirle. ¿Le mentía más? ¿Me quedaba callada? No sabía que hacer.

Willy me vió con muchos nervios y con total sorpresa en su mirada. Y yo lo miraba con pena y mucha culpa, por haberle escondido algo tan fuerte como eso.

- Así que... Er- Eres una... - Antes de que Willy terminará de hablar, termine su oración.
- Princesa... - Dije con seriedad y culpa.

Él notó que estaba bastante apenada e intentó cambiar su expresión a una menos incrédula.

- Suena muy bonito el ser de la realeza ... ¿Te gusta?... - Preguntó con curiosidad. Lo miré para luego desvíar mi vista al suelo.

- No, la verdad es de lo peor que puedes sentir en esta maldita vida de mier- - Dije frustrada y enojada, pero, antes de que me dejara terminar tapó mi boca con su mano tan suave.

- Una princesa tan hermosa como tú, no debe decir malas palabras - Dijó riéndose. Le correspondí la risa y después de eso nos calmamos un poco y nos miramos mutuamente.

- ¿Es divertido ser un chocolatero? - Pregunté con intriga y una sonrisa.

Él desvío la mirada al suelo y sonrió mientras hablaba con tanta emoción de su vocación.

- Amo ser chocolatero, es lo que me ha apasionado desde siempre. Adoro lo que hago... Pero, aún no logro tener ventas, ni mucho menos clientes... - Dijó bajando su tono de voz a uno más desanimado, poco a poco. Mi expresión cambió a una de tristeza.

Esté chico era genial y una hermosa persona. Él se merecía todo lo bueno del mundo.

- ¿Qué te hace falta para cumplir tus sueños?... - Dije con tristeza, quería ayudarlo a cumplir ese hermoso sueño.

- Amaría una fábrica de chocolates, pero, eso es material. Hacer felices a todos con mis creaciones... Sería fascinante... - Dijo con una sonrisa soñadora.

Me conmovió ese deseo y sabía que lo podía hacer realidad. Tenía todo el dinero del mundo... Pero, no era totalmente mío. Porque para tenerlo, tenía que hacer algo que no quería hacer...