Álvaro

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Me desperté sin acordarme de nada, y eso me asustó mucho sabiendo que Paul también había estado presente esa noche y que yo no era capaz de controlar las cosas que hacía borracho.

Por si fuera poco tenía más de diez llamadas perdidas de Bea y algunos mensajes que lograron quedarme helado.

Bea: Me puedes explicar que fue eso de anoche??

Bea: hablaste con él o simplemente lo besaste??

Bea: llámame cuando lo leas, tenemos que hablar.

¿Lo había besado? Dios, necesitaba hablar con él urgentemente porque no me acordaba de nada y no sé qué fue lo que hice.

Llamé a Bea cómo me había dicho y tras unos segundos esperando me contestó enfadada.

—¿Se puede saber que hiciste anoche?

—No me acuerdo. —Le respondí con sinceridad.

— Álvaro, tú sabes bien porque lo llevamos allí, y no sé si aprovechaste la oportunidad, pero lo que hiciste no estuvo bien.

—Ya sé que no estuvo bien lo de no hablarle, pero no me puedes culpar de lo otro sabiendo que ni siquiera era consciente.

—Solo te aconsejo que deberías de hablar con él y sobre todo preguntarle que pasó anoche, porque cuando os vi os estabais besando.

Pese a que ya me lo había dicho en el mensaje, escucharlo directamente de su boca hizo que se me erizase la piel.

Lo peor de todo era que ni siquiera me acordaba del contexto en el que había ocurrido, no recordaba nada.

—Supongo que le escribiré, sí.

—Eso espero.

Suspiré preocupado, ni siquiera sabía que estaba pensando él en ese momento y tenía miedo de que me odiase.

—Ya verás que todo va a salir bien, no te preocupes.

—Lo sé Bea.

—No lo parece.

Odiaba admitir que tenía razón, y aunque intentaba justificar mis acciones, no sabía si él sería capaz de hacer lo mismo.

Me despedí de Bea y con el miedo recorriéndome todo el cuerpo le escribí un mensaje a Paul que ni siquiera sabía si me iba a contestar.

Álvaro: necesito saber que pasó anoche con detalles, por favor

Álvaro: luego puedes dejarme de hablar si quieres, pero necesito solo eso

Estaba tan estresado que tiré el móvil a la cama y me dispuse a ordenar mi cuarto para intentar hacer algo productivo y tratar de olvidarme un rato del mensaje.

Tras media hora, escuché una notificación en mi móvil y me tiré corriendo a la cama para poder ver de quién se trataba.

Efectivamente era Paul.

Paul: perdón por tardar, estaba jugando al LOL

Paul: no creo que sea buena idea decírtelo por mensaje, ¿Te puedo llamar?

Era mi oportunidad para poder contarle todo de una vez y dejar de huir, así que me armé de valor y en vez de aceptar que me llamase decidí ir a su casa.

Álvaro: voy a tu casa, no te muevas

Sin mirar al móvil, me arreglé lo antes posible y salí directo hacia su casa.

Por suerte ya me sabía el camino de memoria y sabía que no me iba a perder.

Tras varios minutos llegué a su casa y me abrió la puerta enseguida.

—Pasa.

Con un poco de nervios, entré en su casa y me senté en el sofá. Hoy estaba solo así que nadie nos interrumpiría.

— Perdóname, de verdad.— Le dije casi al instante.

—Primero te voy a contar todo lo que pasó anoche y después me dices lo que quieras, ¿vale? Pero no te anticipes.

Asentí y comencé a escucharlo atentamente.

—Bueno, todos sabemos ya que estabas muy borracho. En un punto de la noche te acercase a mí.

—¿Y qué hice?

—Me bailaste, y después me dijiste una frase que me quedó descolocado.

—¿Una frase? ¿Qué frase? Eso no me lo han contado.

Tenía miedo de que le hubiera expresado lo que sentía de la peor manera posible, sin embargo no fue exactamente eso.

—Me dijiste que no te buscaba.

Me dolía admitir que era así como lo sentía, pero no entendí porque se lo dije en ese momento.

—Y yo quería hacerte una pregunta.— Me agarró la mano y me miró a la cara, yo era incapaz de mirarlo.— ¿De verdad piensas eso?

—Admito que lo he llegado a pensar, sí.

—¿Es que acaso no te das cuenta de que te busco todo el rato?

Le miré sin saber muy bien que decir, a lo mejor yo era demasiado tonto cómo para no darme cuenta de sus acciones, lo que me hacía pensar que sí no era consciente de eso que según él hacía, tampoco lo sería de muchas otras cosas.

Podía intuir que algo raro le pasaba conmigo porque si no, no se habría alejado de mí.

No sé hasta que punto podrían ser eso sentimientos, y si lo eran no tenía ni idea de si eran fuertes o no. Pero necesitaba saberlo, sobretodo ahora que era consciente de los míos.

Le iba a preguntar por ello pero en vez de eso se me vino otra pregunta a la cabeza.

—¿Me correspondiste el beso?

Noté como tomó una postura rígida de repente y trató de articular palabras que no le salían de la boca hasta que nos quedamos un largo rato en silencio y habló.

—Sí, pero eso no debería de haber pasado.

—¿Por qué no?

— Álvaro Mayo, no sé si me tomas por tonto, pero sabes demás la respuesta de eso.

— No te estoy tomando por tonto, solo que no entiendo porque no debería de haber pasado.

—Joder, pues porque para ti esto es un juego y no es nada serio y a mí me importas de verdad.

—Paul, para mí tampoco es un juego, ya te dije que yo hago las cosas como las siento.

— Estarás confundido simplemente, el dúo te habrá hecho imaginarte sentimientos que no tienes.

Me estaba empezando a enfadar que dijera ese tipo de cosas, él no tenía ni idea de lo que yo sentía ni lo que pensaba y no tenía que dar por hecho cosas que no sabía.

— ¿Acaso necesitas ver qué de verdad me importas?

Paul se quedó callado, aunque sabía perfectamente cuál era su respuesta.

— Déjame demostrarte que no estoy confundido como tú dices ni que eres un juego para mí, ¿Quieres saber cómo me siento de verdad? Vale, pues lo haré, no tengo problemas.

— Álvaro no era eso a lo que me refería, yo...

— Te quiero ¿Vale? Joder, aunque no me creas te quiero de verdad y aún no sé qué voy a hacer para demostrarlo pero lo haré.

Paul se volvió a quedar en silencio y yo me estaba desesperando porque siguiera sin creerme, no sabía que más hacer.

Me levanté del sofá y me fui de su casa sin despedirme. Puede que no lo hiciera de la mejor manera, pero estaba muy frustrado y no sabía cómo gestionarlo.

Las palabras que siempre te quise decir | Alvaul / Polvorones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora