Siempre creció bajo la tutela de ser un "arma", una herramienta para los altos cargos del ejercito, la Legión de Reconocimiento. Todos pensaban que no tenía sentimientos al ser capaz de asesinar a todo un país con una simple orden, al igual que tort...
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La situación era desesperanzadora, era horrible para todos. Eren los había traicionado, Zeke había puesto en marcha su plan convirtiendo a todos los soldados bajo su mando en titanes a los cuales no dudaron en matar, no por sencillez, sino por sobrevivencia... Todo había sido en vano, todos los sacrificios de las mil veces que salvaron a Eren... fueron en vano.
Ese mundo no tenía esperanza alguna.
Ahora ambos estaban cubiertos de sangre, cosa que no era nada nuevo; pero conforme pasaban los años era más y más agotador, desgarrador, verla sangrando por culpa de sus malas decisiones.
Puede que eso sea producto de que nunca haya superado las muertes de sus amigos al fin y al cabo. Se disculpó de Erwin en su interior. No pudo cumplir con sus palabras, no podía dejar de lamentarse por todo en medio de su soledad, dentro de su pequeño corazón cubierto por una coraza de frialdad...
Zeke en ese momento se jactaba de la muerte de los soldados que tuvieron que matar con sus propias manos mientras en medio de su desesperación, intentaba adivinar en qué árboles se escondían ambos soldados más fuertes de la humanidad.
Violet, casi oculta entre sus brazos, se veía igual de pésima que él: Sus mejillas blancas tenían arañazos por las ramas de los árboles, su uniforme militar estaba destrozado, cubierta de olor a sangre de los titanes que antes fueron sus camaradas, y su respiración estaba alterada, como si su fuerza física estuviera en su límite.
—Violet, ahora sólo somos nosotros dos. La situación no es para nada favorable... Vaya mierda... —Sus hombros también subían y bajaban a causa de la fatiga— Pero esto es un orden: no importa qué, no mueras.
—Sí, definitivamente viviré y lo protegeré, Capitán —Sus ojos determinados brillaban con intensidad desde la profunda cercanía. Se quedó unos segundos admirándolos, como ella a los suyos.
—Buena chica —Palpó ligeramente su cabeza, acción a la que ella cerró los ojos un momento, similar a estar disfrutándolo—. Pero esa es mi línea —Miró por un segundo a sus alrededores, dándose cuenta de que era momento de actuar. Pero antes de dar la orden para ambos lanzarse al abismo, miró nuevamente a Violet:—. Por favor... Vive.
Ella asintió a la orden, que más bien parecía una súplica.
¿Por qué era así de cruel? ¿Por qué le ordenaba aquello? Quizás... sólo quizás... era mejor que ella pereciera antes de que el mundo fuera destruido, mejor podría ser acabar con su tormento de una vez.
Por un momento, mientras la miraba hermosa y bella entre sus brazos, siendo ahora una adolescente que pronto empezaría su transición a una mujer adulta, pensó en cómo viviría ella de grande: ¿Sería capaz de vivir en sociedad? ¿Podría aprender a ser como una persona normal? ¿Podría reír o llorar en libertad? Puede que ella finalmente entienda lo que son los sentimientos y que lo odie por el resto de su existencia ante la vida que la forzó a llevar, como también puede que ella siga a la espera de una orden al final de sus días, incapaz de sentir como todos los demás; o puede que tenga que vivir en medio de ese mundo destrozado por la violencia y crueldad, completamente sola sin poder haber reído ni una sola vez en su vida...
