El Freljord es el hogar de centenares de leyendas, pero también de religiones y cultos hacia los dioses. Los llamados Dioses Espirituales predominan en el Freljord, concediendo una pequeña parte de su poder a aquellos seguidores fieles que le rindan culto o simplemente entreguen su fe a ellos. Existen algunos muy temibles como Volibear o el Jabalí de Hierro, y otros más benévolos como la Gran Foca o Anivia. Y, aunque no lo parezca, esto determina lo valioso que resulta un guerrero para su tribu.
En las regiones más gélidas servir como enseñanza de que un dios ha alcanzado tal poder es digno de ser respetado. Los dioses son algo importante, y el don que dan igual. Incluso entre enemigos hay cierto respeto por el dios que se escoge representar, aunque haya enemistades de por medio. Pero, ¿qué ocurre cuando ninguno de estos dioses puede prestarte ese sentimiento que premia en tu alma? ¿qué pasa cuando no encuentras aquel ser espiritual con el que enfatizar? ¿y si lo encuentras en otras tierras?
Shelby nació en una de las tantas tribus pertenecientes a la Garra Invernal, creciendo para ser una guerrera de nivel promedio. Realmente no destacaba en nada, ya que había guerreros más fuertes que ella, cazadoras más ágiles que ella y ni tan siquiera tenía poderes. La única opción que le quedaba para destacar era obteniendo el don o favor de alguna de las deidades del Freljord. No obstante, había un par de problemas. Uno de ellos era que realmente Shelby no buscaba estar por encima de sus posibilidades, estaba tranquila tal y como eran sus capacidades, y creía que conectar con algún dios traía más problemas que bienestares...
El segundo percance era lo que más se le podría achacar a la joven. No quería estar vinculada a ninguno de los dioses que la Garra Invernal adoraba. El Ciervo de Huesos le daba miedo por sus habilidades. Quienes recibían el don de Volibear tendían a perder su raciocinio. Había escuchado que Ornn no entregaba su conexión a cualquiera y era un cascarrabias. El Lobo era demasiado feroz y muy pocos sobrevivían. Ni siquiera algunos dioses más conectados a los avarosianos como Anivia llegaban a convencerla totalmente. No fue hasta que recibieron a un viajero en su tribu que pudo expandir un poco más sus conocimientos.
Aquel viajero había recorrido varias regiones y traía consigo algunos libros escritos por él mismo. Shelby, curiosa como la joven que era, trazó conversación con el viajero, conociendo así la existencia de una serie de dioses bastante peculiares. Los dioses de la muerte. Feebrus, Kindred, la Primera Ola y el Último Viento, Sokar... y luego estaba el llamado Zorro Astral.
La leyenda del Zorro Astral provenía del lejano Monte Targon, hogar de guerreros e historias de heroicidades legendarias. Según sus historias el Zorro Astral era el dios targoniano de la muerte, más no era el causante de estas, sino quien guiaba las almas de los fallecidos hacia el firmamento para que brillasen junto a las estrellas. Desde muy joven Shelby se fue criando a la par que una cría de zorro conocida como Kip, que le acompañó en sus mejores y peores momentos. Escuchar la historia de aquella deidad parecía una especie de indicación para ella, pero... ¿podría lograrse tal cosa? ¿pactar con un dios de la muerte?
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Archivo Personajes LOR
Hayran KurguEste es un espacio dedicado a publicar fichas de personajes del videojuego Legends of Runeterra y sus apariciones en todas mis obras. Así mismo se publicarán un listado de curiosidades.