Guerrera orgullosa

117 14 9
                                    

"Leona"

"No te vayas, por favor ¡no te vayas...!"

"¡LEONA!"

—¡¡....!!—Inhaló profundamente con el sudor frío recorriendo su piel.

Otra vez esa pesadilla, una vez más tocaba la puerta de sus sueños, de sus memorias, de sus visiones. Aquellos recuerdos si eran suyos, eran propios, sentía su sangre burbujear caliente por sus capilares, por su pecho, extendiéndose por todo su cuerpo a una velocidad impensable.

—Diana...—Murmuró con sus ojos comprimidos, su piel se arrugó en el entrecejo, compungida, exaltada, su rostro, la suplica, el cómo no volteo a ver nuevamente su cara y el sonido del metal que protegía sus rodillas contra el suelo haciéndole saber que cayó, un sollozo.

"No, por favor no llores, perdón, perdón..."

La que sollozaba ahora era ella, ella misma, terca no era capaz de arrepentirse de abandonarla, perdonó su vida, debía ser suficiente o eso quería creer, era el aspecto de la luna, su mayor enemiga, una hereje. Desde ese momento, la dejó ir tantas veces, sin delatar su presencia, solo chocando sus pupilas en cada encuentro, constantemente, se perdía en el claro azul de sus ojos, justo como el brillo que rodeaba a la luna en las noches, se obligaba a apartar la mirada, volviendo a su puesto de guerra a pesar de tener sus ojos sobre ella. 

La abandonaba...

La abandonaba una y otra vez.

Y si llegaba a acercarse ¿Acaso Diana sería capaz de perdonarla? Sus facciones parecían tan serias, sobre todo en el "camino abovedado" la ultima vez que le vio, la ultima vez que apreció sus ojos luego de que los enamorados ascendieran al cielo, transformándose en estrellas.

Y si llegaba a acercarse ¿Acaso Diana sería capaz de perdonarla? Sus facciones parecían tan serias, sobre todo en el "camino abovedado" la ultima vez que le vio, la ultima vez que apreció sus ojos luego de que los enamorados ascendieran al cielo, ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ella sabía que aquello fue obra de ambas, los astros juntos, las madres astro, una junto a la otra, una por la otra, complementadas en una magia que permitió a los amantes unirse para toda la eternidad, pues sabían sus pueblos no serían capaces de aceptarles. 

¿Cómo entonces ella sería aceptada? ¿Acaso la escucharían solo por ser el aspecto del sol encarnado en una mujer? Existían jerarquías, básicamente su religión era una monarquía religiosa, ella no tenía poder alguno aun siendo "El amanecer radiante". La mejor guerrera, la general de uno de los ejércitos más grandes, no tenía suficiente poder, Rahvun, la lanza Diurna también poseía poder sobre los ejércitos de Ra-Horak y... no tenía suficiente poder... los adeptos no la seguirían ante sus palabras, estaba segura de ello.

Ella no estaba segura, ella quería creer que no la engañaron toda su vida, pero Diana tenía un punto que aun en el fondo de sus pensamientos le atormentaba.

Si, ella había visto las visiones, visiones de recuerdos que no eran suyos, pero...

Pero...

Destinados por la luna ☽ Settphel ☾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora