En tu mirada rubí

Cap 3: El erizo rosa hablador

Shely

Detesto que me hagan esperar, es un sentimiento que me hace perder tanto la paciencia, que luego ya ando de mal humor. Bueno, yo siempre estoy de mal humor.

Estos días han sido pesados, aunque mi cuerpo no se cansa casi nunca, las misiones han Sido o difíciles o muy lejos. A veces suelo pasar muchos días despierta en una sola misión para regresar, entregar informe y volver a partir en otra. Ya hasta Roger se burla de mí, dice que quizás regalando una sonrisa a mi jefe me deje en paz. Idiota que es.

Y que el comandante me haga esperar tanto afuera de la oficina mientras se encuentra en una reunión no ayuda para nada a mi temperamento.

Me levanté de la silla haciendo un chasquido molesto con la boca, estoy harta de estar sentada. A mí lado se encontraba un compañero (no recuerdo el nombre) que dió un respingo de miedo al verme ponerme de pie tan de repente. No suelo hablarle a casi nadie en este lugar de mal aguero a menos de ser estrictamente necesario, todos me parecen unos tontos.

–Señorita Shely, el comandante la espera.

Por fin, les juro que si esperaba un minuto más iba a derribar el edificio entero. Pasé dentro de la oficina a la vez que la asistente del comandante salía. Ahí se encontraba ese viejo engreído.

–¡Mi querida Shely! La favorita de mis agentes –escuchar mi nombre en su voz es aún más asqueroso– siéntate, por favor.

–No gracias. Ya pasé mucho tiempo sentada.

–Desde luego –el tipo se levantó caminando hasta un archivero y buscó un sobre amarillo– recibí tu último informe ésta mañana. Cómo siempre, mis felicitaciones.

No dije nada, estoy segura que mi cara de fastidio es más que suficiente respuesta.

–Pero quiero hablarte de algo más que solo alabarte tu gran trabajo. ¿Sabes que es ésto que tengo aquí?

No Shely, no respondas con sarcasmo. Respira, respira.

–No creo ser adivina, señor –por más que lo intenté no pude retenerlo, me siento muy estresada como para estupideces.

El viejo rió como siempre, esa característica risa socarrona de querer comerse el mundo entero con una sola muela.

–Tranquila, yo te explico...he recibido la noticia de, que los papeles que te envié a buscar hace una semana aún no han llegado, por lo que mi asistente se vió obligada a cancelar una entrevista súper importante ayer por la tarde.

Prense los labios con impotencia. No puedo creer que se haya anticipado la reunión, pensé que sería para dentro de quince días más. Carajo, y todo por culpa de esa inútil eriza que me hizo tirar los papeles a un charco de agua. Estoy segura que si le explico lo que pasó o no me creerá, o me echará la culpa en cara.

–Lo siento señor. Por una razón de emergencia no pude cumplir con el trabajo, sin embargo me encargué yo misma de tener el papeleo para dentro de una semana exacta ya que la reunión todavía no-

–Shely, Shely –negó con la cabeza interrumpiendome, me va a quitar la poca paciencia que tengo, lo juro– no había fecha exacta aún para la reunión ¿Mi asistente no te lo dijo?