Bendición

211 17 14
                                    

Las noticias de la última batalla que tuvo sitio en la villa de los herreros no tardaron en darle la vuelta a todo Japón. El cuerpo de cazadores de demonios levantaba el puño en orgullo y lloraba aliviado al escuchar que los pilares Muichiro Tokito y Mitsuri Kanroji, en apoyo de los cazadores Genya Shinazugawa y los hermanos Kamado, Tanjiro y Nezuko, lograron derrotar a la quinta y cuarta luna superior.

- ¡¿Lo lograron?! ¡Lo lograron! ¡Ellos realmente lo hicieron! -Aoi, que siempre se encontraba seria y estoica, ahora mostraba en su rostro una sonrisa de oreja a oreja, abrazando a la pequeña Kiyo, levantándola del suelo llena de júbilo.

- H-hermana Aoi... me asfixias... g-gh... -La pequeña batallaba para hablar, extendiendo el brazo hacia el cuervo que le dio la noticia, mientras que el pobre animal no podía hacer nada para salvarla del ataque de afecto de la chica de coletas.

Cuando la mayor al fin retomó la compostura y volvieron a toda prisa hasta su hogar para comenzar con los preparativos para la cena de victoria para los hermanos Kamado, en la otra punta del pueblo, el chico con el cabello de diente de león volvía con una expresión de hartazgo en su rostro, arrastrando los pies mientras jadeaba y refunfuñaba.

- Ahh... que porquería... esa misión fue muy complicada, y ni siquiera me dan tiempo para descansar, los peces gordos tienen que ser unos tiranos... -Andaba con la cabeza gacha, no viendo la hora para meterse dentro de la bañera caliente y probar la deliciosa comida de Aoi.

- ¡Zenitsuuuuuuuuu!!! -Una voz proveniente de la lejanía lo llamaba. Cuando Zenitsu volteó la mirada con pesadumbre, se encontró con Tanjiro y Nezuko corriendo hacia él.

... ¡¿Y NEZUKO?! ¡¿E-en plena luz del sol?!

El rubio abrió los ojos como platos y su mandíbula se cayó hasta casi tocar el suelo, mientras que la bella joven de kimono rosado lo saludaba levantando la mano al igual que su hermano mayor, dejándolo escuchar su voz por primera vez.

- ¡Joven Zenitsu!!! ¡Que gusto verlo! -Exclamó alegremente, con una sonrisa tan radiante como la luz del sol que la iluminaba.

Zenitsu no pudo ni despegar los pies del suelo, su cabeza no podía comprender lo que pasaba, ¿estaba soñando? ¿Era acaso una clase de broma? Nezuko era una demonio, así que era imposible que ella pudiera estar bajo la luz del sol... y el bambú que llevaba en la boca ayudaba a mantener sellados sus instintos demoniacos, entonces ¿por qué ahora podía escucharla y ver sus labios con total claridad? 

Antes de poder comprender el panorama ante él, los hermanos se encontraron cara a cara con él, siendo Tanjiro el primero en lanzarse para abrazarlo con orgullo.

- ¡Veo que contemplaste otra misión sin salir lastimado, me da mucho gusto! -El pelirrojo se separó ligeramente para mirarlo con una sonrisa, pero la cara de Zenitsu seguía viendo con asombro a la chica que tenía delante, apuntándola con el índice mientras balbuceaba.- ¡Ah, cierto! Durante la misión, Nezuko terminó quedando bajo el sol y... ¡Sobrevivió! No entiendo como, pero ella sobrevivió y ahora incluso puede estar normalmente sin el bambú.

Tanjiro hablaba con tanta alegría y explicaba mil y un detalles, pero nada de eso añadía ni un poco de sentido a la historia, Zenitsu solo mantenía los ojos encima de la joven, quien lo miró de vuelta, dedicándole otra encantadora sonrisa.

- Gracias por haber cuidado de mi, joven Zenitsu -Humildemente, agachó la cabeza ante el cazador.

- ¡E-esperen los dos un segundo! ¡¿E-entonces ella está curada?! ¡¿Es una humana?! -El chico se escurrió de entre los brazos del hermano mayor para tomar a la chica de los hombros, pero algo no estaba bien, sus ojos eran afilados, como los de una especie de felino.

Diamante en brutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora