"¡¡¡DEKIGUSU, VEN A TOMAR TU MEDICINA!!!"
Nota: No, esto no es DekiNobi, pero Dekigusu tendrá un papel muy importante, siendo coprotagonista.
Fuerzas oscuras rodean al país subterráneo de Nobita, lugar donde él y sus amigos deciden pasar las vacaci...
La escuela de Nobita, a diferencia de muchas otras escuelas, iniciaba el 5 de Septiembre y no a inicios de Abril. Los niños japoneses acaban su escuela en Marzo e inician el nuevo año en Abril. Eso no fue de mucho agrado para el director de la escuela de Nobita, quien decidió ser todo un "contreras" e hizo que las clases acabaran para vacaciones de verano: 20 de Julio. Fue una buena decisión. No suena muy bonito terminar cansado el año escolar y al cabo de unos días, iniciar uno nuevo.
(Haciendo cálculos habitaríamos el país subterráneo durante... ¡40 días! ¡Vaya!) A Dekigusu le divertía hacer cálculos en su cabeza. A muchos estudiantes les divertía hacer cálculos (excepto a Nobita, claro), pero estos lo hacían en hojas. Dekigusu lo llevaba a otro nivel haciendo sus famosos cálculos mentales, cálculos los cuales eran rápidos y efectivos.
¿Cómo es que podía multiplicar 328 x 941 en su cabeza y dar la respuesta en pocos segundos? Preguntas como esa se la hacían mucho a Dekigusu. Lo que él siempre respondía era: Practicando y aprendiendo algunos trucos para acelerar el proceso.
Dekigusu andaba por el país subterráneo de Nobita junto a su maleta color negro elegante. Parecía una maleta llena de dinero que tentaría a cualquier persona a abrirla, pero lo que no se esperaría el desdichado que decidiera abrir la maleta era... ¡PUM! ¡Dinamita!
Lo que hacía Dekigusu era buscar la casa ideal en la que habitaría sus 40 días en la cueva. Tendría que ser una muy cómoda, una agradable a la vista. No lujosa, no tan grande, solo una casa con un bello jardín de pasto verde. Pasto verde artificial pero aún así se veía hermoso.
Pero Dekigusu se percató de que había una gran injusticia en la elección de casas: Gigante y Suneo se estaban apoderando de gran parte de ellas.
Dekigusu vio una hermosa casa en la que quiso establecerse. Un techo púrpura azulado y unas paredes azules claras sin llegar a ser celestes. Un bello jardín con pequeños árboles y pequeños setos de animales: un león, un conejo, un perro y un torito. Suneo se había encargado de darle forma a esos setos, tenía talento para eso. Si Suneo se hubiera agarrado esa casa lo toleraría más, pero quien se había apoderado de la casa justo cuando quería entrar era Takeshi Goda, el Gigante de Nerima.
—¡Ah! ¡Hola, Dekigusu! ¿Te gusta mi nueva casa?— le dijo con una sonrisa amistosa.
—Hola, Gigante— dijo con una sonrisa falsa, tratando de ocultar su enfado—. Sí, pero me parece que yo ya había decidido habitarla primero— dijo con una voz calmada y serena.
—Pues lo siento mucho, amigo, pero yo fui más rápido— le dijo Gigante en un tono un poco burlesco.
—Gigante, ¿no deberías dejar que otros tomen las casas? Tú ya tienes varias— reclamó con un tono educado.
—¡No es cierto! Solo tengo cinco, ¿eso te parece bastante?— dijo Gigante ya molestándose. Si en lugar de Dekigusu fuese Nobita quien le estuviese reclamando, Takeshi ya le habría dado una buena paliza, lo dejaría tirado en el suelo con su ropa bien sucia.
—Pues sí me parece bastante, Takeshi— dijo con tranquilidad Dekigusu— Son 16 casas y tú tomaste cin...
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