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Joy

Wil ha estado extraño desde la última vez que me llamó y dijo que cerrara la puerta de mi oficina, y cuando lo hice, tocaron a mi puerta y era el profesor Carlos ¿qué querría? Desde ese momento cada que él quiere acercarse a mi, da la casualidad de que Wil aparece y me lleva con él inventandose cualquier excusa.

Estoy en mi oficina y estoy a punto de salir de ella cuando escucho toques en la puerta.

— Joy, al fin te encuentro solo.

— Ah, Carlos, ya me iba, pero ¿se te ofrece algo?

— Sí ¿podemos salir a tomar un café? Ahora el clima esta muy mono para eso, debes tener frío.

— Oh, pues… no creo que haya ningún problema, hay uno en la esquina.

— Estupendo, vamos entonces.

Al llegar al café el ambiente era muy tranquilo, habían varias personas platicando en las mesas, estudiantes o gente del trabajo.

Afuera había un viento de miedo, estábamos a 3 grados y la nieve ya se hacía presente en la ciudad.

— ¿Qué café deseas, Joy?

— Un americano está bien.

— Me da dos americanos, por favor. —estaba sacando mi cartera cuando Carlos me detuvo.— Tranquilo, yo invito.

— Mm, esta bien. Gracias.

Fui a buscar una mesa junto al ventanal para ver la gran ciudad. Londres es hermoso.

— ¿Y cómo has estado, Joy?

— Muy bien, lleno de trabajo pero todo en orden ¿y a ti, qué tal te va?

— Todo bien.

Tomamos el café en silencio mientras yo veía por la ventana a los autos pasar y a las personas.

— ¿Sales con alguien? —preguntó.

— Sí, salgo con Wil ¿no lo sabías?

— Oh, sí, algo abre escuchado, pero no sabía si era mentira o no.

— Si, desde hace siete meses.

— Y veinte días, cariño. —por dios, díganme que es una broma.

— Wil.

— Carlos.

— Y yo me voy. —dije antes de que estos dos se maten con la mirada.

Le agradecí a Carlos por el café y salí de ahí escuchando las pisadas de Wil detrás de mi.

— “Y veinte días, cariño” por dios Wil.

— ¿Qué? Es la verdad, no me culpes si tu no sabes los días y segundos que llevamos juntos.

Solo voltee los ojos y seguí caminando a su auto ya que él quedó en recogerme y acepté el café solo porque Wil se retrasó y porque Carlos es un buen amigo.

— ¿Cómo sabías que estaba en el café?

— Katy los vio salir juntos y a dónde más irías con él más que a un café cercano.

Un genio.

— ¿Y qué fue eso? Carlos es solo un amigo y parecía que se iban a saltar encima como perros y gatos.

— Si, él es el gato y no me cae bien. Y sabes por qué.

— Él no quiere llevarme a su cama Wil, a la única cama que quiero ir es a la tuya, y lo sabes bien.

— Bien, pues ahí te llevaré justo ahora para que sepas que solo eres mío.

— Ya lo soy, amor.

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Aquí les traigo un nuevo capítulo.

Siento mucho haberme tardado tanto, pero tuve una operación y se murió mi gatita de cinco años y la he pasado mal.

Espero disfruten el capítulo y se encuentren bien.

Los quiero.

Yes, daddy (Gay) +18 || 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora