Capitulo 5

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Había estado en la estación demasiado tiempo como para que el sueño y el cansancio no empezarán a pasar factura. Los párpados me pesaban y el dolor de cabeza punzante no me permitía ver más allá de la botella de agua que tenía en frente.

De repente la pesada puerta de la sala se abrió y me sobresalté intensificando mi dolor de cabeza. David y el oficial Cabral entraron y tomaron asiento frente a mí.

Desde que le había dicho a Rose que había perdido las esperanzas no había dejado de llorar y pude ver que ellos lo sabían por la forma en que me miraban, especialmente David.

-Tenemos buenas noticias sobre el caso- dijo el oficial Cabral con voz grave.

Por un momento mi esperanza volvió a brillar ante la posiblidad de reencontrarme con mi madre. Sin embargo, sentía que continuaba faltando algo.

-Un vecino reporto actividad inusual en tu casa ayer a las 3:30pm. Asumimos que sea la hora en que sucedió el ataque.

Apreté los puños ante la pronuncia de esa palabra pero me mantuve tranquila.

-¿Pudo ver algo?- respondí con la voz ronca.

-No-respondió David extendiendo una hoja frente a mi- Pero tenemos un nombre, Carl Sagan. Tu padre.

-¿Mi qué?- grite tan fuerte que mi garganta dolió.

-Supongo que no lo conoces, pero la muestra de ADN que conseguimos del cabello que recogiste encaja en su perfil.

-Pero ¿Por qué? Mi madre no sabía nada sobre él desde que la embarazó.

-Oh Casey- dijo el oficial Cabral mirándome directamente a los ojos con lo que pude apreciar era compasión y lastima- Olvide mencionar que también descubrimos algo no tan bueno sobre el caso.

-¿Qué es? Dilo ya- dije mirándolos a ambos.

-Cas- respondió David- Tu madre, ella comenzó a verse con tu padre hace aproximadamente un mes. Creemos que estaban, mmm, pensamos que podrían haber estado saliendo.

En un minuto pase de estar sentada frente a ellos a caer lentamente al suelo mientras los escuchaba gritar. No sé si fue el cansancio, o el shock de enterarme de que mi madre me había estado mintiendo. Pero en ese momento me desvaneci.

****

Desperté en una sala de hospital con Rose dormida en un sofá a mi lado. Mi cabeza dolía y no podía mover mis piernas. Estaba tan cansada que solo quería dormir.

Pero entonces lo recordé. Mi madre saliendo con mi padre. ¿Cómo había sucedido esto? Siempre que preguntaba por él mamá esquivaba el tema, no podía entender nada.

Intenté sentarme en la cama y sentí un leve tirón en el brazo, estaba conectada a un suero. Genial.

Rose se dio vuelta y se dio cuenta que estaba levantada. De un salto se puso a mi lado.

-Cas por fin despertaste- dijo con lágrimas en los ojos.

-Lo siento, no quise asustarte.

-No seas tonta- dijo acariciando mi cabello- Oye, ¿Que es esa historia que el oficial Cabral le contó a mi padre? No puede ser cierto.

-Rose, necesito salir de aquí. Tengo que averiguar más, no puedo quedarme aquí enferma en una cama de hospital mientras las respuestas están allá afuera.

-Lo sé, pero aún estás muy débil por el cansancio y la falta de comida. Creo que te quedarás aquí hasta mañana.

¿Mañana? No tenía tiempo hasta mañana. Tenía que averiguar más.

-No puedo quedarme aquí Rose. Necesito que me ayudes a salir.

Me arranque la vía haciendo una mueca de dolor viendo a Rose imitarme. Tomé mis ropas que estaban en una silla y entre al baño a cambiarme.

Rose me seguía con la mirada, sabía lo que estaba a punto de hacer. Y agradecia que no quisiera detenerme.

La última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora