— No, no y no. — dijo Baekhyun firmemente, viendo las prendas que tenía su omega en las manos.
— Pero Baaaaek, me prometiste que lo usarías cuando lo comprara. — Chanyeol hizo un puchero.
— Sí, porque no sabía que tenía que usar eso. — señaló. — Pensé que comprarías algo más... ¿más sexy?
Chanyeol se sonrojó al escuchar eso.
— De todos modos, no voy a usar eso, Yeol y fin de esta discusión. — Terminó por decir Baekhyun.
El alfa vio como al omega le temblaban las manos y de un momento a otro tiraba las prendas al suelo para darse la vuelta y dirigirse a su habitación, cerrando la puerta con un golpe fuerte.
Baekhyun suspiró. Se dirigió hacia las prendas tiradas y las tomó en su manos mirándolas.
Eran dos kigurumis. El más grande, un tigre blanco y el pequeño, una ardilla voladora.
¿A dónde se vio a un alfa usando eso? ¿Por qué Chanyeol no compró la talla de tigre para él?
Miró de nuevo hacia dónde se había ido su omega y luego a las prendas otra vez.
±
— Yeollie, — llamó, tocando la puerta.
Sin respuesta.
— Yeollie, pedí comida japonesa y tu helado favorito, ¿por qué no sales a comer y vemos esa película que tanto te gusta?
Otra vez, sin respuesta.
Baekhyun respiró profundamente y olió el rico aroma de su pareja al otro lado de la puerta.
Bien, el último intento y si no irrumpo en la habitación. Pensó Baekhyun.
— Yeollie, me puse el hermoso kigurumi que compr—
No terminó de decir la frase, que la puerta se abrió, dejando ver al alto omega con una gran sonrisa en la cara.
— Sabía que te lo pondrías, era cuestión de tiempo— se rió Yeol.
Omega de mierda, manipulador de alfas.
— Te queda bien, mi alfa. Una linda ardillita. — se burló el omega. — Pero tengo hambre, así que comamos y veamos esa película, y puede o no, que después te de una recompensa por ser un buen alfa, Baekkie.
Chanyeol pasó un dedo por su mejilla y luego se fue hacia la sala, dejándolo ahí parado solo frente a la puerta.
Definitivamente su omega era algo especial y el alfa lo amaba mucho para cumplir todos sus caprichos.