Prologo

33 0 0
                                    


Apolo Callaghan

Observaba con atención el rostro de aquella chica, quería memorizarlo, memorizar sus labios, sus ojos, su nariz absoluta y completamente perfecta. Ya sabes, por si algún día no está conmigo poder recordar su rostro a la perfección, recordar aquella risa tan única y agradable de ella, poder recordar sus ojos iluminarse al verme o incluso recordar esos pequeños detalles, su cuerpo estremecerse con mi tacto, incluso su piel erizarse ante mis palabras, saber con exactitud a que saben sus labios, la forma en la que nuestros labios son como un rompecabezas que encanja a la perfección. Claro, ella causaba el mismo efecto en mi, esa chica me tenía completamente a sus pies..

—¿Qué tanto me miras Callaghan?

Adoro cuando me llama por mi apellido, es algo que solo tiene ella, la forma en pronuncia mi apellido es especial, sin duda de mis cosas favoritas . Le di una sonrisa ladina para después aclarar mi garganta

—Mmm, puede ser que esté viendo lo horrenda que estás, no lo sé.

Solte una corta risa para no obstante recibir un puñetazo en mi hombro derecho

—¿Estás segura Monet?

Me acerqué a ella, lo suficiente para notar sus pupilas dilatadas, ver aquellos ojos que me fascinaban tanto, mientras, mi mirada bajaba una y otra vez de sus ojos a sus labios

Tome su mentón con una mano, levantando aquel ligeramente mientras con la otra recorría su cabello hacia detrás de su oreja. Me decidí a jugar un poco con sus labios, juntando aquellos, rozando pero aún si tocarse completamente, en definitiva me encanta la tensión que se podía generar entre ambos, para después dejar un corto beso en sus labios, se notaba a kilómetros el tono carmesí que habían tomado sus mejillas, haciendo que las mías también tomaran ese tono rojizo. Volví a dejar varios besos pero ahora por todo su rostro.

—¿Te he dicho lo mucho que me encantas Monet?

La castaña se quedó pensando unos segundos antes de darme una sonrisa ladina

—No lo suficiente..

Estaba a punto de responder cuando noté que Camille se quedó mirando sobre mi hombro, se quedó paralizada, algo indescriptible, como si hubiera visto un fantasma, bueno, no estaba tan alejada esa idea de la realidad..

—Padre.. yo ...

¿Padre?, las palabras de mi chica resonaron en mi cabeza varias veces antes de reaccionar y poner a Camille detrás de mi. Pues, estaría mientiendo si digo que no me dio miedo tener al señor Monet delante mio

—Camille Elizabeth Monet, ¿que crees que estás haciendo?

Esas fueron las palabras de su padre, diciendo aquello con la voz alzada y un tono escalofriante. Camille rápidamente se alejó de mi, aquella castaña me empujó del torso. Pero aún así sus acciones no demostraban lo mismo que sus ojos
la conocía perfectamente y reconocía el miedo en sus ojos..

—Señor Monet, por favor déjeme explicar-

No me dejo terminar cuando sentí una abofetada, pero para mi sorpresa fue Camille quien me abofeteó, en ese momento me quedé perplejo, no supe cómo reaccionar.

Camille Monet

No tuve más remedio que abofetear a aquel rubio que tanto amaba, sabía el alcance que podría llegar a tener si no deteníamos este romance a tiempo, estaba completamente aterrada de que mi padre le hiciera algo, así que solo pude pensar en una salida viable a todo esto. Sentía las lágrimas inundar mis ojos, pero hoy no me podía darme el lujo de ser vulnerable o cualquier cosa relacionada

—Aléjate de mi.

pedi aún así que mi corazón se quebrase

—Padre, por favor te juro que solo me acerqué a él para poder saber los secretos de los Callaghan..

Mi padre se me quedó viendo algunos segundos, dudando si lo que decía era verdad. Para mi alivio al final decidió creerme

—Y tú Callaghan, no te vuelvas a acercar a mi hija, los de tu clase contaminan la pureza de esta familia

Lo dijo de una manera despectiva, con asco, como si Apolo fuera basura y solo eso, sería imposible negar que no me dolió ver la expresión en su rostro, es como si me desconociera por completo.. pero de verdad, espero que entienda por qué estoy haciendo esto

Mi padre me tomó fuertemente del brazo, estoy segura que dejará moretón, aquel siguió regañándome y diciendo lo mal agradecida que soy, recalcándome una y otra vez que por culpa de la familia del chico que amo, mi madre murió. O en sus palabras, los Callaghan la asesinaron

The red threadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora