𝐋𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐈𝐑𝐄̀𝐍𝐄 ❛𝓗𝓮𝓮𝓳𝓪𝓴𝓮❜

𝓛𝓪 𝓼𝓲𝓻𝓮̀𝓷𝓮

-Y por último este es el salón principal.- El abogado lo condujo hacía una enorme sala con sillones de finísimo tapiz, ornamentos en las esquinas del techo y estanterías llenas de colecciones enciclopédicas francesas o alemanas en altos libreros de madera verde desgastada. El lugar era penetrado por la luz marrón que reflejaba en todos los adornos dorados y en las paredes de madera de abeto,en las cortinas oscuras y las pequeñas velas en elegantes candelabros a cada lado de todos los cuadros que habían. En el espacio se sentía el frío de la soledad y la humedad del bosque que rodeaba a la mansión. La madera del piso chirriaba y de las alfombras persas se levantaba el polvo como una fina nebulosa. Se sentía una abrumadora vibra de soledad, esperando ser percibida pero no escuchada en medio de ese bosque a las afueras de Londres.

-Como le mencioné, todos estos tesoros con los que contaba su abuelo son maravillas únicas en el mundo. Si firma el contrato serían todo suyos sin pagar un solo penique. Me atrevo a decir que sería muy beneficioso para usted tener en su posesión los tesoros que hay aquí.- Sunoo se adelantó y se paró en medio del salón.- Por allá tenemos un busto de la mismísima María Antonieta, algunas enciclopedias del siglo XVIII. Por aquí, está una edición descontinuada de la Apología de Sócrates, exquisita en mi opinión. También, un retrato de Ana Estuardo y el rey Jorge III, una maravilla sin  lugar a dudas. Solo para que tenga en cuenta, la venta de estos retratos alcanza cifras millonarias en el mercado parisino.- El hombre de facciones suaves y voz elocuente convirtió su voz en una más aflable y sabio para que su comprador caiga en la trampa. Esbozaba una sonrisa exageradamente simpática hacía el joven frente a él.- Incluso el cuadro que tiene a su lado mi señor, es un tesoro inigualable.- Señaló hacía la obra y Jake regresó a ver hacia la pintura que ya había estado observando de reojo.

La obra eran salvajes pinceladas de un mar oscuro, sumido en la oscuridad de un cielo tormentoso. Las olas, dramáticamente cóncavas y a la par furiosas pendientes brillantes de espuma que reflejaban el cielo verdoso en sus aguas. A pesar de que los barcos estaban estáticos, las delicadas pinceladas de las velas, denotaban la fuerza del viento sobre las crucetas y el esfuerzo por mantenerse erguido del timón. El palo mayor de la nave se entrelazaba con el cielo turbio y apocalíptico de una tormenta al atardecer y ella le rogaba a Dios piedad por todos quienes estaban debajo de ella. Entre la imagen tan dramática aparecían piedras picudas, pequeñas embarcaciones con velas débiles y olas tan oscuras como la misma noche.

-La obra se llama "La nave en la tormenta" por Turner. Debe conocerlo; todo un genio de la pintura. Escuché que su abuelo era amigo íntimo con él, de hecho este fue un obsequio de su parte cuando adquirió la casa.- El abogado se acercó a la obra, observándola con atención. Jake notó la admiración en los ojos de aquel delicado hombre. Era evidente que su pasión no residía en la lectura de testamentos que transferían mansiones de aristócratas fallecidos a sus descendientes inútiles y lejanos que todavía no se contagiaban de tuberculosis sino en el arte de descubrir tesoros más allá de los confines de los museos: obras inéditas, esculturas únicas, leyendas fascinantes. Por el brillo en sus ojos supo que esa era la verdadera pasión que escondía debajo de su sofisticado traje y palabras bien escogidas adornadas por ese elegante acento ingles, un tipo inteligente y con labia que se ganaba una buena cantidad de dinero dándose el placer de ser un infiltrado de sociedad. El muchacho caminó con gracia hacía él como si una fuerza sobrenatural lo llamara. -El contexto es interesante; se dice que Turner fue a una embarcación hacía una de las colonias de América, pero en el Atlántico hubo una tormenta tan violenta y horrorosa que la mayoría de la tripulación y la nave se perdieron esa noche. Él pudo salvarse justo con las pocas cosas que se pudieron rescatar de ahí, entre ellas, esta obra. Dijo que estaba tan impresionado que, si no lograba capturar el momento en ese mismo instante era capaz de lanzarse a las aguas.- Sunoo lo miró con una pequeña sonrisa.- En fin ¿acepta la herencia o la va a donar a la fundación de la Iglesia? -