LA LLAMADA

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Ella nuca había estado tan triste, no podía dejar de pensar en lo dificil que estaba siendo sobrellevar la vida, se sentí tan sola y a la vez tan rodeada de gente, tan desanimada y con tanta felicidad a su alrededor.
Estaba ahí sentada viendo por la ventana preguntandose qué tan distinto sería si hubiera tomado otro camino, pintandose mil destinos diferentes si tan solo hubiera tomado otra decisión, no haber salido esa noche o no haber dejado aquel trabajo, haber estudiado una carrera distinta o algo un poco mas simple como pagar en una caja diferente en el banco. Pensando qué sería diferente si decisiones tan insignificantes a simple vista hubieran sido otras.
Un sonido peculiar que casi nunca se escuchaba en casa la sacó del inmenso mar de sus pensamientos, una respuesta que no esperaba, y es que había enviado un mensaje que enviaba todos los años, un mensaje que guardaba la pequeña esperanza de ser contestado, cada año durante 15 años ha enviado el tan mensionado mensaje, a veces solo como una cortecía, a veces con un genuino deseo de felicidad al receptor, pero este año era mas como un grito de ayuda, como un deseo incontrolable de que le recordara que aunque fuera en el pasado la felicidad habia sido participe de su existencia, y su grito fue escuchado, el mensaje fue contestado con una llamada, una llamada que la saco por completo de lugar, había pasado tanto tiempo ya, que nisiquiera sabia como contestar, sus manos temblaban y sintió el frio de enero recorrer cada parte de su espina dorsal.
Respondió rogandole a la vida que no fuera un sueño y poniendo toda la esperanza en que del otro lado de la linea se escuchara el tan anhelado "Sweettieeeeeeee" a gritos que tenia muchisimo sin escuchar.

- Hola! ¿Como has estado?. No era ese grito de complicidad de tantos años atras pero era su voz, esa voz que trajo calma tantas veces y esta honestamente no había sido la exepción.

- Bien bien, todo bien. Decía más tratando de convencerse a sí misma. - empacando mis cosas, ya mañana me mudo pero... y ¿tu que tal? ¿como va el cumpleaños?.

- Muy bien ahora estoy trabajando, al parecer soy un adicto al trabajo por que me puse citas hoy jajaja- esa risa la había escuchado tantas veces que volverla a oir le encendió un poquito el corazon.

La plática siguió un par de minutos, hablando del trabajo y como estaban sus familias, hablando como 2 amigos que no han hablado en mucho tiempo. Por esos minutos todo estaba bien, estaba genuinamente feliz de escucharlo y de que el la escuchara a ella, hasta que llegó la pregunta que la devolvió a la realidad.

-¿ Por qué te estas mudando?- parecía un cuestionamiento fácil de responder pero no lo era, y es que cómo despues de escuchar lo feliz que el está ella podía contarle, no quería preocuparlo o peor que le tuviera lastima.

- mmm que te diré, he tomado una serie de malas decisiones en mi vida y espero que esta sea la primera de muchas buenas.- contestó tratando de que su voz sonara lo suficientemente encendida como para que el no notara esas notas tan claramente desconsoladas.

-Estoy seguro de que si y todo va a estar bien - se limitó a contestar, ella no había logrado esconder nada, pero el en ese momento iba a fingir que si. - Gracias por recordarte de mi cumpleaños bebe, te quiero mucho y siempre puedes contar conmigo, tengo que colgar ya, tengo paciente pero queria responderte y escucharte, eres muy especial Anastasia. Su nombre en sus labios se oía tan bien, tranquilizador y lleno de recuerdos.

La despedida le rompió un poco el corazón y sin darse cuenta un par de lagrimas habian empezado a nublarle la vista. Se aclaró la garganta para que el tono de su voz no la traicionara pero cuando empezó a hablar se dio cuenta que habia sido en vano. - De nada, siempre me acuerdo de tu cumpleaños, yo tambien te quiero mucho y espero que termines de pasarla bonito, adios mi amor- se esforzó en decirlo en el tono menos roto que su garganta le permitió.

Adios bebe y gracias de nuevo- fue lo ultimo que escuchó antes del silencio.

Su corazón estaba feliz, latía con rapidez debido a los nervios que habia logrado disimular con exito los 5 minutos que duro su llamada. Anastasia se quedo un par de minutos en la puerta de su casa donde había terminado sentandose durante la corta platica.

Pensaba en lo rápido que habían pasado 10 años desde el día que terminó con el a los 17, lo rápido que habían pasado 15 años desde que lo conoció en aquella fiesta de graduación donde la vida los había juntado en la mesa de los adolecentes.

Anastasia dió un suspiro de resignación, puso algo de música para dejar de pensar y siguió empacando todo en las cajas que aún estaban vacias.

Todo Lo Que Nunca FueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora