╭── ⋅ ⋅ ── ✩ ── ⋅ ⋅ ──╮
Después de un silencio jodidamente incómodo logre levantar la vista a Darius.
-no puedo ayudarte-. Susurre aunque estuvieramos completamente solos.
-no tienes que-. Ahora el fue el que bajo la mirada. El tono de su voz era más bajo de lo normal.
Lo mire confundido aún sabiendo que no me iba a ver.
-lo que hiciste no es un pactó de sangre. En los pactos de sangre normalmente se intercambia la sangre y el único que dio la sangre fuiste tú-. Levanto la mirada y miro a otro lado.
-tú no diste sangre entonces yo no tengo la obligación de ayudarte-. Sonreí como si Dios me hubiera visto directo a los ojos.
Lo ví, se notaba un poco molesto por el hecho de que no lo iba a ayudar.
-bien, vete de aquí.
No pude.
Simplemente mi corazón de pollo no puede dejar que él siga aquí sin poder volver a vivir.
-te voy a ayudar-. Respondí y suspire aún sabiendo que yo era el que había elegido ayudarlo.
Sus ojos se abrieron y sonrió como un niño en Navidad.
-¿de verdad? Gracias-. Intento abrazarme pero lo frene antes de que pudiera si quiera tocarme.
-tengo que llevarte a mi castillo y esconderte allí pero...-. No sabía como le iba a esconder un demonio a mi padre.
-¿pero?
︶꒦꒷♡꒷꒦︶
-apúrate-. Rechiste mientras intentaba buscar algo con el que hacer ruido porque mi padre se acercaba.
Darius cayó sobre el piso fuertemente haciendo que el golpe sonara en toda la habitación.
-no puedo creer que sea un maldito demonio y aún así siga sin poder escalar arboles-. Balbuceo y se puso de pie.
-ven-. Lo tome del brazo y sin preguntarle nada lo metí en el clóset.
-¿que mierda?-. Preguntó y gruño.
-callate y no hagas ruido-. No tardo más de dos minutos para que escuchará un golpe en la puerta.
Para mi sorpresa era mi hermana y no mi padre.
-la cena esta lista, y saca a tu demonio, chico o lo que sea que este en el clóset-. No dijo nada más y cerro la puerta dejándome con las preguntas en la boca.
Camine al clóset y lo abrí.
-saben que estas aquí-. Sus ojos se abrieron de par en par y soltó una risa nerviosa.
-no creo que sean momentos para hacer bromas-. Balbuceo otra vez y se salió del clóset.
-no es una broma-. Sentí como si el aire dejara mi cuerpo hasta que Darius me dio una palmada en la palmada en la espalda para que reaccionara.
ESTÁS LEYENDO
El jardín de las luciérnagas
FantasyLawrence, un príncipe que pronto tendra que ocupar la labor de su padre como rey decide ir al bosque para despejar su mente de sus futuras responsabilidades y escapar de los problemas, o eso es lo que él creía. Mientras caminaba por el bosque, el p...