Lamentaciones

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Disclaimer: Naruto ni ninguno de sus personajes me pertenecen, son de su creador Masashi Kishimoto, yo solo los utilizo para mi entretenimiento.

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Tenerlo todo no significaba una verdad absoluta para un distinguido Uchiha; de hecho, Sasuke era plenamente consciente de ello. Lo que anheló con fervor durante los últimos años, se le había negado un sinfín de veces, debido al precio de ser el mejor amigo del doncel rubio, quien además de ser atolondrado, se comportaba como un imbécil cuando se trataba de captar indirectas, o al menos eso creyó.

El moreno varón de veintidós años había experimentado un enamoramiento peculiar por el único heredero de la familia Uzumaki, proveniente de una interesante estirpe norteamericana. Por ende, las actitudes y tradiciones occidentales se reflejaban en el comportamiento liberal del hermoso rubio llamado Naruto.

Sasuke había sido privilegiado por poseer un atractivo físico encantador, llevando con orgullo el valeroso apellido Uchiha, siendo estos los últimos descendientes conocidos de la era Meiji. Destacaba como un ganador, un hombre en toda la extensión de la palabra, conquistando a mujeres fieras y a donceles difíciles de corromper. Sin embargo, su éxito como seductor no se manifestaba con claridad en el joven de cabellos dorados.

El joven rubio era un indiscutible espécimen de la madre naturaleza, revoltoso y dueño de una belleza arrebatadora capaz de inducir al pecado. Con atrayentes ojos azules y una sonrisa coqueta digna de admirar, Naruto despertaba deseos impuros en el resto de los mortales. Incluso el carácter férreo de Sasuke se veía doblegado por la sublimidad del doncel, quien sabía perfectamente el impacto de sus acciones.

Naruto gozaba de cierta inocencia que resultaba desconcertante para el varón de oscura cabellera; cualquier intento de conquista por parte de Sasuke se volvía infructuoso ante una pregunta ingenua del cautivador doncel. Su voz cantarina y sus enigmáticos ojos añiles frustraban las aspiraciones del moreno por llevarlo a la cama, temiendo romper con la actitud propia del joven.

Los deseos sexuales del moreno aumentaban cada día, y la poderosa atracción que Naruto ejercía desarmaba por completo los estándares morales del menor de la familia Uchiha. La forma en que el rubio contoneaba sus caderas con sensualidad sugerente mientras caminaba, o cómo se alegraba por cualquier hecho irrelevante; acciones que a primera vista parecían triviales, resonaban profundamente en los sentimientos idílicos de Sasuke.

—¡Maldito seas, Usuratonkachi! —susurró Sasuke, mirando con fijeza al sonriente doncel.

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El deseo de poseer a Naruto cobró fuerza al admirar los atributos divinos del rubio, detalles que Sasuke supo resistir, debido a la confianza que los padres del doncel habían depositado hacia su persona. El joven coqueto de ojos azules se tomó la libertad de pasearse desnudo en más de una ocasión por el hogar del moreno, dando excusas inverosímiles. Precisamente esa actitud había transformado al soberbio Uchiha en un hombre a punto de convertirse en mártir.

Sasuke no solo había tenido que soportar los arrebatos de sensualidad del doncel, sino que tuvo que escuchar cada una de las aventuras vividas en el país natal de Naruto, Estados Unidos. Desavenencias y situaciones desagradables que toleró en nombre de la amistad, pero tener a su delirio personificado sin ropa en su morada no ayudaba a su estado emocional.

En múltiples noches, el pelinegro se vio en la necesidad de complacerse a sí mismo, mientras pensaba en su mal encarnado. No obstante, ningún método había resultado adecuado para obtener la satisfacción que deseaba.

El distanciamiento fue la primera opción de Sasuke; separarse del rubio y fingir una ruptura amistosa era lo que buscaba para olvidarse de ese doncel despistado y retomar el control de su vida. Pero tuvo que deshacerse de tal idea al ver a su adoración llorando desconsoladamente por la actitud hostil que había adoptado días antes.

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