Capítulo 20: Pacto

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¿Un ángel? Parecía una estúpida broma, aunque de algún modo tenía sentido, pero el que ese ser estuviera aquí y hubiera burlado la guardia de Lucifer era un problema y estaba relacionado conmigo de alguna estúpida forma.

- Entonces, Azrael... ¿Qué hace el ángel de la muerte aquí? No creo que Lucifer tenga idea de que has estado deambulando en este lugar tan caótico~

- No tiene por qué enterarse -escuché la voz con cierta diversión. - Digamos que dividí mi conciencia cuando vine de visita~ Si decidiera venir por mi cuenta él no tardaría ni un segundo en enterarse de que estoy por aquí~

- ¿Y cuál se supone que es mi papel en esto? ¿Qué es lo que quieres de mí? -jugué con la rosa en mi mano, esto se estaba poniendo bastante interesante.

- Quiero un trato temporal... Información por información~

- ¿Ehh? ~ ¿Un ángel haciendo tratos con los de mi clase? -solté una risita, esto era irónico sin duda, no había sentido.

- Mi título me permite hacer excepciones~ ¿Entonces que decides? Te doy mi palabra, lo que menos haría seria pecar contra las leyes de mi padre y en eso incluye el no jugar sucio, aunque se trate de un demonio

Me lo pensé dos veces antes de aquella posibilidad, aunque si de juegos sucios se tratara o algún tipo de engaño, podía ser mucho más astuto que un ángel. - ¿Y por qué crees que me interesa tener información? Si la información que me pides es relevante a Lucifer no creo que llegue a comparar la calidad de dicha información con la que me llegues a dar, no sabes más que yo sobre lo que respecta a este infierno...

- Mmm~ Veo que no se te escapa nada de las manos, no podía esperar menos de un demonio de tu tipo~ Bien, tal vez no tenga la información de ese remoto lugar, pero sí de todo lo que pasa allá arriba y en el mundo mortal~ ¿No quieres saber cuál es esa misteriosa relación que tienes con mi querido hermano?

- ¿Cómo puedes suponer que no busco algo más? -claramente tenía duda, todo esto era jugar con fuego, pero de alguna forma, me agradaba, esto se estaba volviendo en un juego entretenido.

- Por qué ya estás lo suficientemente cerca de él, algo que no cualquiera ha conseguido... Es mi última oferta, si así lo deseas puedo darte hasta el más mínimo detalle~

Era demasiada tentadora la oferta, pero a pesar de eso, mi propio sentido y orgullo no me dejaba hacer algún tipo de tratos con alguien que fuera del otro lado, no podía, al menos le debía esa confianza a Lucifer por lo que hasta ahora me había mostrado de su pasado, saber la verdad por sobre esa línea transparente de nuestra relación sería una ruptura de lo que teníamos en confianza ¿o no? ¿no estaba de más un mínimo secreto como los que él seguramente tenía?

- ¿Y qué es lo que quieres a cambio? -observe ambas rosas con curiosidad, no podía pensar en que realmente la sangre de Lucifer se convirtió en aquella rosa tan blanca, y la otra, fuera todo un caso diferente, como si estuviera manchada de los pecados del mundo mortal. Al final tomé aquella rosa negra acariciando las espinas que poseía en el tallo y haciendo un poco de presión en una de ellas pude contemplar como una gota de mi sangre brotaba por el pinchazo.

- Quiero que hagas algunas tareas por mí~ Como sabes, no puedo deambular por aquí, y son necesarias para obtener la información que deseo~

- Concluyo en que fuiste tú quien dejó aquellas rosas en la noche

- ¿No son encantadores? ~ Son un regalo por adelantado~ Aunque me duele en el alma que se las hayas dado a mi hermanito... quería que fueran un recuerdo de tu anterior vida~

- ¿Entonces tú has sido quien me ha hecho ver...?

- Te he mostrado más de lo que a otro demonio se le puede dar, sé que Lucifer jamás se atreverá a decirte ese oscuro pasado, por eso me he adelantado como muestra de que cumpliré mi palabra... -poco a poco el dolor de mi cabeza aumentaba, era soportable, aunque me resultaba molesto por la idiota risa del ángel. - Tan solo piénsalo, ¿cuánto tiempo más pasará para que él te dé el lugar que mereces? Siempre ha sido así, llenó de secretos, incluso con nosotros cuando éramos hermanos...

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