Periasmos

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     Apenas terminé mi trabajo, bajé a la recepción y allí me encontré con el Sr. Yoo. Él tenía puesta otra camisa y traía consigo una pequeña bolsa.

     - Sr. Yoo... yo no... - intenté decir, pero fui interrumpido.

     - Simplemente llámeme Dongha - dijo mientras ignoraba lo que iba a decir

     Mientras trataba de captar su atención caminamos hacia el exterior del edificio.

     - Está bien, Sr. Yoo... digo Dongha. Mi coche está estacionado al otro lado - mencioné.

     - Ah... Ya llegamos hasta donde está aparcado el mío - dijo señalando un Audi.

     - E-esta bien , igual yo no voy a ir.

     Dongha abrió la puerta del carro con galantería y me hizo un gesto para que entrara. Me deslicé por el asiento y observé con asombro el lujoso interior del vehículo mientras me acomodaba y ajustaba el cinturón de seguridad.

     - Es realmente impresionante este carro - comenté en voz baja, a lo que Dongha me miró con una sonrisa de complicidad.

     - Me alegra que le guste - respondió con orgullo en su voz.

     Durante el trayecto, mientras las mezclas de luces de ciudad se mezclaban con el tráfico noté que su mirada que cada pocos minutos se posaba en mí, esto me brindó una sensación de tranquilidad. Cosa que claramente no había podido experimentar en este último mes debido a todo el estrés del trabajo y los sueños extraños, así que me permití descansar.

    Una mano se posó sobre mi hombro y lo acarició tiernamente como si fuera extremadamente delicado, luego una respiración cerca de mi rostro terminó por despertarme. Me froté los ojos y miré a mi alrededor. El señor Dongha me estaba mirando con una sonrisa en su rostro.

     - Lo siento, ¿He dormido bastante? -dije mientras me estiraba y me acomodaba en mi asiento.

     - No, para nada, ¿descansaste bien?

     - ¿Hmm? ...Si, gracias.

     - Entremos al restaurante - respondió cambiando el tema.

     Primero se bajó el Sr. Dongha, rodeo el carro y se detuvo justo enfrente de mi puerta abriéndola para que yo saliera. Ese gesto hizo que mi corazón empezará a latir como loco.

     Salí del auto y me dispuse a seguirlo. Entramos a un edificio de aproximadamente 15 pisos. Luego nos dirigimos a un ascensor que dejaba ver hacia afuera. Trate de reconocer la vista.

     - Es impresionante y muy hermoso. Desde aquí podemos ver la editorial, aunque está bastante lejos. - Dije con una sonrisa mirándolo.

     - Si, es realmente hermoso.

     Sin que nos diéramos cuenta ya estábamos en el último piso. A medida que recorríamos el gran pasillo del restaurante las decoraciones lujosas se hacían más evidentes. Nos acercamos a un mesero.

     - Vengo por la reservación que realice.

     - Claro. ¿A qué nombre? -preguntó el mesero con amabilidad.

     - Yoo Dongha. Reserve una mesa para dos.

     - Si, ya veo Señor ...Sigan por favor y disfruten su estancia.

     El mesero rápidamente llamó a un compañero para que nos guiará hasta nuestra mesa, la cual estaba al lado de una ventana gigantesca que dejaba ver toda la ciudad. Me entretuve mirando el panorama.