10-by Tom

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Cuando abrí mis ojos pude notar que me encontraba absolutamente solo. Bill no estaba y una sensación que desconozco se apoderó de mi pecho.

Mire la hora y eran las 7 de la mañana, así que debería ir y despertar a Emily.

Cuando baje a la cocina encontré a Bill; el estaba cocinando algo, supongo que el desayuno para Emily.

–Hola.– dije y lo abracé por detrás– si me vas a dejar solo por las mañanas me temo que tendré que atarte....

Pude sentir con un escalofrío le subía por la espalda.

–Yo prefiero hacerlo pero en otra situación...– dijo este y se volteó quedando los dos de frente.

Le di un cálido beso antes de separarme.

–Tenemos que retomar las clases.– dije yo acordándome de que estábamos en la universidad.

–Mañana vamos a las clases.– dijo el y comenzó a servir un huevo frito en un plato.

El desayuno era huevo frito, una tostada y fruta picada, ah, y lo que nunca puede faltar...El café. Para Bill era café frío sin leche, y para Emily y yo era café caliente con leche.

–¿Tu desde cuándo sabes cocinar?-pregunté un poco curioso.

–Desde los 7.– dijo el mientras servía el café.– Ve y despierta a la niña.

–Esta bien.– dije y me levanté de mi asiento y me dirigí a la habitación donde se encuentra la pequeña.

Cuando abrí sigilosamente la puerta pude ver a un cuerpecito acurrucado debajo de las cobijas.

Cuando me acerque ví sus ojitos cerrados así que me senté sigilosamente al lado de ella y comencé a tocarle cuidadosamente el hombro.

–Ey, despierta pequeña.– dije y la niña abrió sus ojitos lentamente.

–Buenos días Tommy– dijo la pequeña quien me dió un abrazo.

–¿Quieres comer?– Pregunté.

–¡SIII!– dijo la pequeña quien salto a mis brazos.

Yo la alcé y la lleve hasta la cocina donde la dejé en el piso. La niña fue donde estaba Bill y le dió un abrazo.

–Holaaa– dijo la niña aún feliz.

–Hola pequeña.– dijo Bill.

–¿Y tu cómo te llamas?– preguntó Emily.

–Bill. ¿Y tú?– dijo Bill.

–Tu nombre es muuy bonitooo. Yo me llamo Emily.– dijo la pequeña quien salto a los brazos de Bill. Bill la sujeto es sus brazos y la llevo a la mesa, la dejo sentada en una de las sillas.

–Ya te llevo tu desayuno.– dijo Bill con una sonrisa en su cara.

Y yo solo me quedé mirándolos, preguntándome cómo se sentirá tener una familia...

Bill le llevo el desayuno y los cubiertos. La niña comenzó a comer muy feliz.

–Tu cocinas muy bien.– dijo la niña con una sonrisa en su carita.

–Gracias.– dijo Bill con una dulce sonrisa.

Cuando nos sentamos los 2 a desayunar me dispuse a disfrutar la comida preparada por Bill.

Cuando volteé la mirada me quedé mirando cada detalle de Emily.

Ella tiene el cabello un poco más abajo de sus hombros y de color rubio oscuro, sus ojos son color miel y tiene una nariz respingada muy bonita y tiene pecas muy poco notorias pero igual de bonitas.

Solo Tu Puedes Salvarme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora