La alumna Freen Sarocha y su maestra de Literatura, Becky Armstrong después de aceptar sus mutuos sentimientos en el paseo escolar, se enfrentan a una serie de problemas que las hace preguntarse si deben seguir hablando.
Al llegar a la planta baja, caminamos a la playa que estaba relativamente enfrente del hotel.
Nos detuvimos en la orilla del mar
-¿Qué querías decirme, Freen? ——la miré
-¿Qué somos? ——miró el mar
-Pues...no lo sé, no hubo nunca una propuesta oficial pero tampoco creo que seamos amigas——traté de explicar
Desde que conozco a Freen hasta ahora, jamás me había preguntado eso y estaba siendo complicado entenderlo.
-Estás casada, eso no puedo cambiarlo, ¿seremos amigas? ——miró hacia abajo
-Freen, esto es realmente complicado pero no quiero que termine así, no dejes que termine así——la abracé
-No quiero dejar todo lo que vivimos estando aquí pero realmente será difícil estar frente a los ojos de la sociedad y de tu esposo——se le cortó la voz
-Freen, definitivamente me voy a divorciar para estar libremente contigo, por favor no me dejes ——la abracé más fuerte
-¡No! No hagas eso sólo por mí, es un matrimonio horrible pero de años y no puedes dejarlo por alguien que conociste hace poco
-Pero no lo amo a él, te amo a ti, Freen.——dejé de abrazarla para limpiar sus lágrimas
-Entonces ¿Qué deberíamos hacer? ——sollozó
-No lo sé, podemos hacer mil cosas como...escaparnos de éste país o quedarnos a vivir aquí
-¿No es demasiado?
-Freen, por ti y contigo haría cualquier cosa, así parezca "demasiado"——besé tiernamente su mano
-¿Podemos ser algo como amantes? ——Propuso
-Hay que intentarlo mientras resolvemos los demás problemas, veré lo del divorcio y eso, pero por ahora...acepto ser tu amante, Señorita Freen
--Se sorprendió al ver que acepté y me abrazo fuertemente
-Ya tenemos que ir a guardar nuestras cosas, se puede hacer tarde——tomé su mano.
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Subimos y empacamos todo, estábamos listas para regresar a la ciudad. Me sentía feliz por las experiencias que vivimos pero estaba desanimada al pensar en que todo podía cambiar una vez que estuviéramos en el colegio.
Sin pensarlo demasiado, los camiones del paseo escolar nos habían llevado hasta el Instituto
-Freen, mi auto está aquí en el estacionamiento, puedo llevarte ¿Está bien?——bajabamos nuestras maletas
-Lo agradecería demasiado, ¿podemos pasar a dejar a Nam? Su casa queda de paso a la mía
