°•.Otro Año Que Afrontar.•°

°•.La Rosa.•°

Habían pasado dos semanas desde que había sucedido la reunión en clase hablando sobre la excursión.
Emma estaba terminando de prepararse para ir a clase cuando su padre le llamó.

-¡Emma cielo! Ven que antes de irme te tengo que dar algo. -le llamó Kim.

Emma fue, con el pantalón del pijama aún puesto, despeinada y en calcetines.

-Toma, el dinero de la excursión. Hay que ir pagándolo ya- le dijo su padre dándole unos billetes.

Emma los tomó insegura.

-Papá... ¿Estás seguro de que debería ir? -murmuró aún sin despertar del todo y apenas vocalizando.

-Que sí Emma. Ya hemos hablado de esto, es bueno que vayas con tus amigos a divertirte. -insistió Kim. -Por cierto, ¿Has vuelto a dormir mal? Te noto más cansada de lo normal. ¿A qué hora te acostaste?

-Acostarme... A las 12 estaba ya en la cama. -murmuró Emma- Pero dormirme... Me dormí a las 5 o así.

-¿¡A las 5!? ¿Has dormido solo dos horas? -se sorprendió su padre.

-No podía dormir.

-Bueno... te compraré mas pastillas para dormir o alguna infusión. Me tengo que ir ya, un beso. -dijo dándole un beso en la frente. -Ten un buen dia en clase. Te quiero. -dijo Kim saliendo de la casa.

Emma se despidió en voz baja y se frotó los ojos. -Que sueño... Ojala irme a dormir de nuevo...

La chica subió a acabar de prepararse.
Apenas media hora después la chica estaba saliendo por la puerta de su casa.

-Buenos días. -saludó una voz conocida cuando salió por la puerta.

Emma se giró. -Ah, buenos días Mike. -saludó Emma. -No te esperaba.

Su amigo y compañero de clase, Michael, estaba en medio de la calle, con su mochila roja puesta sobre un solo hombro, y un atuendo gris bastante descuidado. Tenía el pelo peinado de distinta manera que otros días. Parecía más despeinado, pero en realidad el peinado era así, y le favorecía más que el que solía llevar otros dias.

-Ni yo a ti. Iba camino a clase. He tenido que salir antes para hacer unas compras. ¿Me acompañas? -sugirió él.

-Uh, vale.

Mike sonrió y se acercó a ella. -Toma esto. Te lo iba a dar en clase pero ya que estás aquí te lo doy ahora. -dijo ofreciéndole una rosa roja.

Emma le miró quieta por un momento (en parte por la sorpresa y en parte por el sueño) antes de reaccionar y agarrar la rosa. -Gracias, no me esperaba nada la verdad.

-La vi y me hizo pensar en ti. -dijo quitándole importancia- Bueno, ¿vamos?

Emma asintió y fue con él.

Pararon en un par de tiendas antes de  ir hacia el colegio, y se detuvieron en un estanco.

-¿Vas a comprar tabaco? -preguntó Emma.

-Sí. Y chicle. -dijo Mike como si nada.

-¡Ni de broma! -dijo Emma tirando de él hacia delante.

-¡Eh eh! ¿Qué haces? -se sorprendió Mike.

-No voy a dejar que te destroces los pulmones, fumar es un suicidio. Te compraré el chicle que tú quieras, pero aquí no. Mira, un poco más adelante hay un kiosko. ¿Que sabor de chicle te gusta? -le preguntó Emma sacando su monedero.

Mike se quedó sorprendido por la respuesta de la chica.

-Uh... Fresa... -dijo confuso.

-Perfecto. Te compro unos.