6# Reencuentro Maldito. (Parte II)

732 50 17
                                    


Muchos después, en los tiempos de un Japón actual.
.
.
.
.
.

¡Jajaja!... Después de tantos años... finalmente te encontré otra vez...— decía Ryomen Sukuna para luego mover su mano derecha y cortas aquellas puerta de grueso acero como si no fueran más que papel; al dar un paso adentro del lugar su sonrisa se ensanchó a más no poder mientras dejaba salir una amarga risa.

Aquel sentimiento de ira, odió y desesperación que lo había estado consumiendo durante años finalmente se había disipado un poco cuando al entrar a aquel lugar finalmente la vió.

Allí, en medio de una gran sala de piedra se encontraba creciendo un enorme árbol de cerezo japonés, pero eso no era lo importante, en el tronco de aquel árbol y sujeta con cadena forradas de diversos talismanes y amuletos se encontraba ella, aque...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Allí, en medio de una gran sala de piedra se encontraba creciendo un enorme árbol de cerezo japonés, pero eso no era lo importante, en el tronco de aquel árbol y sujeta con cadena forradas de diversos talismanes y amuletos se encontraba ella, aquella mujer de largos cabellos plateados y singular kimono blanco, aquella con rasgos tan inusuales que había conocido hace tantos años y que ahora finalmente estaba frente a sus ojos otra vez.

Allí, en medio de una gran sala de piedra se encontraba creciendo un enorme árbol de cerezo japonés, pero eso no era lo importante, en el tronco de aquel árbol y sujeta con cadena forradas de diversos talismanes y amuletos se encontraba ella, aque...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ja, todos estos años pensaba que te habías ido... y siempre estuviste justo aquí— decía Sukuna mientras avanzaba hacia aquella figura durmiente— te lo dije antes y te lo volveré a decir otra vez; mujer obstinada, no importa lo que hagas, tu eres mía y no puedes dejarme, espero quedó está vez si te quede claro, Sanae...

 y siempre estuviste justo aquí— decía Sukuna mientras avanzaba hacia aquella figura durmiente— te lo dije antes y te lo volveré a decir otra vez; mujer obstinada, no importa lo que hagas, tu eres mía y no puedes dejarme, espero quedó está vez si ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya habian pasado tantos cientos de años desde la última vez que sus ojos la habían visto,  desde que el último recuerdo que tuvo de ella fue apenas un agresivo intercambio de palabras y la imagen distante de la espalda de aquella mujer alejándose más y más de él...

El Amor Perdido De Sukuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora