Escrita por queenofthecon en AO3, yo solo traduzco.
⚠La historia incluye temas de contenido sexual
Resumen:
Una seducción de las enseñanzas involuntarias de los tres hermanos Bridgerton a un alhelí que florece lentamente.
Sólo que todos no están se...
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"¿ Eres Lady Whistledown ?"
Colin se quedó congelado en la puerta, mirando.
La revelación se hundió profundamente, profundamente, profundamente en lo más profundo de su ser como una bola de plomo en sus entrañas. Todo pensamiento, proceso y culpa fueron dejados a un lado por una pieza del rompecabezas que se deslizó en su lugar, revelando la imagen de ella .
Penélope era la escritora más querida, temida, odiada y respetada de todo Mayfair, de toda Inglaterra.
Y la repugnante idea de que ella le había ocultado algo tan importante cuando él no había hecho nada más que derramarle todo su corazón y su alma, todos sus miedos e inseguridades, lo convirtió en un espectro.
Cómo había odiado a esa chismosa en ocasiones, cómo ella lo había revelado, cómo lo había llamado encantador errante, cómo lo había herido en lo más profundo. Y todo ese tiempo, había sido ella .
Ahora todo tenía sentido con alarmante claridad.
Lady Whistledown había sido quien lo salvó del truco sin amor de Marina, de un matrimonio falso, cuando él había sido excesivamente testarudo y narcisista para pensar que una mujer pudiera manipularlo de esa manera. Colin había sido cruel, no estaba dispuesto a creerle a Penélope cuando pensaba que ella era simplemente Pen , que en cambio ella era sólo ingenua, mezquina y celosa. Colin había puesto su patético corazón en algo irreal y cuando nada lo disuadió, ella ejerció su poder con un golpe de su mano y le hizo ver la realidad.
Que Penélope fuera Lady Whistledown no tenía ningún sentido, y además tenía mucho sentido.
"Colin, por favor-"
Caminó hacia ella hacia el estudio sin pensar, sin esperanza ni malicia, obligado hacia ella. Penélope retrocedió a trompicones, retrocedió hacia la habitación para alejarse de él, asustada como si fuera un depredador que quisiera devorarla entera. Incluso el más mínimo parpadeo en sus ojos hacía que Colin retrocediera sobre sí mismo y detuviera sus pasos: ella estaba aterrorizada, aterrorizada de que él viera la verdad, pero tenía que saberlo, tenía que saberlo .
