El cuerpo de Violeta se tensó. No esperaba recibir una respuesta tan directa y sincera por parte de la inglesa. Escuchar esas palabras salir de su boca solo ayudaba a avivar el fuego que ya existía previamente en su interior, alimentado por el deseo y la anticipación del qué pasará. Tomó unas cuantas bocanadas de aire, intentando mantener el control de la situación.
No tardó mucho en recomponerse del shock inicial y decidió que iba a hacer caso omiso a la petición de la morena. Ya había sobrepasado un límite, a la mierda todo. No podía aguantar más. La tensión sexual que existía entre las dos era demasiado descarada como para tratar de contenerse, no iba a dejar pasar la oportunidad de quitarse las dudas.
Se armó de valor y se acercó de nuevo al cuello de la inglesa, rozando sus labios contra su piel. Sus manos, ansiosas por tocar más de Chiara, se agarraron a su cintura, apretando cada vez con más fuerza. Al escuchar el suspiro entrecortado de la otra chica, repitió la acción y subió su boca hasta el lóbulo de su oreja, donde alternó entre besos suaves y mordiscos juguetones. Su lengua recorrió el contorno de su oreja sin ningún tipo de vergüenza, sintiendo como la piel de Chiara se erizaba bajo su toque.
Chiara llevó su mano libre a la parte posterior de la cabeza de la pelirroja, enredando sus dedos en su cabello y tirando suavemente de él, lo que hizo que Violeta soltara un pequeño gemido. Sintió como su corazón se aceleraba con cada roce de la lengua de la granadina. ¿Qué cojones estaba haciendo Violeta? Acababa de confesarle que tenerla tan cerca le ponía y ella estaba provocándola aún más, así por la cara. Tenía que poner fin a este juego antes de que se les fuera de las manos a las dos.
—Violeta, ¿qué haces?
—¿Qué crees que estoy haciendo, Kiki? —replicó la pelirroja con un tono desafiante, pero a la vez provocativo.
El uso del apelativo que tanto le gustaba a Violeta hizo que Chiara sintiera una oleada de calor recorrer su cuerpo. Pensó con detenimiento sus próximas palabras, debatiéndose entre seguirle el juego o pararle los pies.
—Creo que estás jugando con fuego —respondió Chiara, mirando los labios de la pelirroja de reojo.
—Y no sabes lo mucho que me apetece quemarme de una puta vez —gruñó la granadina mientras pasaba una pierna por encima del cuerpo de la otra chica para sentarse sobre sus caderas.
En ese momento, Chiara sintió una oleada de adrenalina corriendo por sus venas, estaba a punto de perder la cabeza por completo. Llevó una de sus manos a la cintura de Violeta y la metió por debajo de su camiseta para sentir el calor de su piel chocando contra sus dedos. Violeta posó su mano sobre la de Chiara y la deslizó por su torso desnudo, subiendo lentamente por sus costillas y desviándose hasta su esternón. Los dedos de Chiara temblaron y un suspiro de placer escapaba de sus labios entreabiertos.
Los labios de Violeta se curvaron en una sonrisa traviesa al ver la reacción de la inglesa.
—¿Lo ves? Tú también estás deseando tocarme.
Chiara la miraba incrédula. No podía creer lo que estaba sucediendo. Sus ojos verdes, nublados de deseo, admiraban cada rasgo del rostro de la pelirroja con una intensidad ardiente. Cada línea, cada curva, cada destello en sus ojos avivaba la pasión que ardía en lo más profundo de su ser. Sí. Estaba deseando tocarla, no era ninguna mentira. Llevaba desde el primer puto día en esa academia deseando tocarla, maldiciendo el momento en el que se enteró de que tenía novia. Cosa que no le parecía importar mucho en este momento. «Vaya hipócrita estás hecha, Chiara Oliver», pensó la inglesa para sus adentros, sin poder apartar las manos de su compañera.
Sacó sus manos de la camiseta de la pelirroja y las deslizó por su espalda, sintiendo el roce de sus dedos contra su piel suave y cálida. Cada contacto era eléctrico, enviando ondas de calor y deseo a través de sus cuerpos entrelazados.
Violeta se estremeció de nuevo con el roce de los dedos de la morena. Deseaba deshacerse de la camiseta y sentir a Chiara por todo su cuerpo, pero no estaba segura de si sería demasiado. La parte irracional de su cabeza le decía que si no se quitaba la ropa, no estaría engañando a su novia del todo, por lo que optó por quedarse con la prenda. Sí, completamente irracional.
Chiara rodeó su espalda con una de sus manos y con la otra acarició sus muslos, arrastrando sus uñas hacia la zona donde se flexionaban sus rodillas, dejando marcas temporales de la intensidad con la que se clavaban en su piel.
Por su parte, Violeta no dejaba de mirar a la inglesa, y cada vez que sus ojos se encontraban, era como si el mundo entero se detuviera por un instante, dejándolas atrapadas en esa burbuja de deseo. Sus dientes mordían el labio inferior con impaciencia contenida, decidiendo dar un pasito más en ese juego del que ninguna parecía salir victoriosa.
Se levantó brevemente para recolocarse y dejar una de sus piernas entre las de Chiara, sentándose en el muslo desnudo de la menorquina. La respiración de la morena se aceleró al sentir la humedad que empapaba su pierna por completo.
Violeta posicionó sus manos en el abdomen de Chiara y empezó a mover sus caderas tímidamente, restregando su centro contra la pierna tonificada de la inglesa. Levantó la vista y se percató de los ojos nublados de deseo de la otra chica, perdiéndose en la profundidad de esa mirada verde, ahora mucho más oscura.
—Dios Violeta, estás tan mojada... —susurró Chiara con la voz más ronca que de costumbre.
—Joder, es que me pones tantísimo —respondió Violeta, aumentando el ritmo de sus caderas— no sabes lo cachonda que estaba antes en el ensayo.
—¿Sí? Dímelo otra vez, que no me queda claro —replicó la inglesa vacilando a la granadina, una sonrisa pícara jugueteando en sus labios mientras levantaba una ceja.
Violeta rodó los ojos y se inclinó sobre su compañera, acercándose peligrosamente a su oído.
—Me pones muy cachonda, Chiara Oliver —susurró con voz ronca, atrapando entre sus labios el lóbulo de su oreja —¿quieres que te lo vuelva a repetir o lo has pillado ya?
—Creo que no me va a quedar claro del todo hasta que no te vea gimiendo mi nombre y corriéndote en mis dedos.
holaaa mi gente, se que esto es un "capítulo" corto y que no es para nada lo que esperabais ni lo que os merecéis pero tenía que subir ALGO porque me habéis preguntado un montón de veces si iba a seguir la historia, cosa que había planeado desde el principio y que se me ha complicado un poco pero sí que la voy a seguir!! y este mini cap o mini adelanto es para demostraros que realmente la estoy escribiendo y que voy a acabarla :)
me vais a matar porque lo vuelvo a dejar así, lo siento por haceros esperar 84 años...pero.....prometo que pronto actualizaré
por otro lado, estoy haciendo las prácticas del máster y sentarme a escribir ha sido difícil por lo que os pido paciencia y os agradezco muchísimo que os intereséis por mi humilde historia ❤️🩹
os prometo que no he ignorado los comentarios, es más, me han hecho mucha ilu y me han dado ese empujoncito que necesitaba para seguir escribiendo, así que gracias! el próximo capítulo estará completo y vendrá pronto, un besito 🫡
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i hope my girlfriend don't mind it | violeta + chiara
Fiksi PenggemarVioleta y Chiara ensayan I Kissed a Girl por enésima vez, pero esta vez es diferente. [+18]