Muñequito de porcelana

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Miles entró a un certamen de belleza escolar gracias a su hermano menor Tails. Su madre le dijo que era un muñequito lindo, y nadie está de acuerdo con eso.


Casi nadie.


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¡Seré Adolescente del Año!

Rosemary dejó caer la galleta de chispas de chocolate que apenas si rozaron sus labios antes de caer y agrietarse en el suelo, Amadeus empezó a ahogarse con su propia risa golpeteando su periódico con el sofá en el que Zails tenía la boca abierta mientras veía a su hermano menor de mechón negro con la mano en alto. Tails acababa de llegar tras salir a caminar con Sonic y al ver a todos en silencio pensó, realmente pensó, que alguien lo vio besarse con el cobalto.

—¡No fue lo que pareció! —gritó Tails con prisa.

—Claro que no, ¿crees que Miles ganaría Adolescente del Año? —carcajeó su padre.

—¡Papá! —Miles pisó fuerte en el suelo, sus orejas se erizaron de indignación.

—Miles, sí sabes que Adolescente del Año lo gana el estudiante más lindo, ¿verdad? —cuestionó Zails tratando de ser lo más delicado posible.

—¡Claro que lo sé! Por eso participaré. —Miles volvió a poner la mano en alto, para él era muy icónico; para Zails, Miles parecía la Estatua de la Libertad, solo que con una chaqueta roja que por fortuna seguía siendo de ese color por entero sin ninguna perturbación en las muñecas o en el cuello—. Seré ganador del dos mil veinticuatro, y tendré una corona, una bonita corona.

—Miles —llamó Rosemary con la mayor sutileza que pudo reunir—. No es necesario que tengas un título, eres una pieza de porcelana para mí, ustedes lo son. —Indicó mirando a sus vástagos, donde Tails volvió a respirar al darse cuenta de que todo se trataba de su hermano mayor y no de lo que hacía a escondidas.

—Sí, sí, pero no estaría mal tener un título por lo lindo que soy —presumió.

—Miles, Adolescente del Año no es fácil de ganar —le hizo saber su padre disimulando una sonrisa—. ¿Alguien más debe intentar convencerte de que no lo hagas?

—No es una broma, quiero participar, puedo hacerlo bien, ¿qué hay de malo en ser confiado? Zails y Tails ganaron antes.

—Sí, pero Zails y Tails son...

—¡Amadeus! —Rosemary arrojó una almohada a su marido y miró con atención al azabache—. Todos mis hijos son muy lindos y aplasta rivales. Miles, yo sé que Tails ganó Adolescente del Año tres veces consecutivas y que Zails lo hizo durante toda su secundaria, pero ¿no hay otra cosa en la que quieras participar? Tal vez concursos de oratoria.

—¿Un concurso de hacer orales? Ni siquiera tengo pareja. —Miles cruzó los brazos mientras su mente maquinaba a lo que su familia estaba tratando de decir.

—Yo creo que Miles podría ganar Adolescente del Año si se esfuerza mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, pero mucho...

—Cállate, Tails. —Miles miró al resto de sus familiares—. ¿Alguien más dirá que no debo participar?

—Sí, falto yo. Escucha, Miles. —Zails inhaló y exhaló, No buscaba herirlo, pero debía ser directo—. Adolescente del Año es para aquellos que resaltan por su belleza, o por su inteligencia, o por su sociabilidad.

—Pero yo cumplo con todo eso, ¿no? —quiso saber el menor entusiasmado.

—Eh... —Zails notó los rostros incómodos de sus padres y hermano pequeño—. Digamos que dos de tres.

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