Subí la escaleras escalón por escalón, el cuerpo me pesaba horrores pero mi consciencia me pesaba aún más. Quería sentirme mal por haber matado a alguien pero tal vez como un mecanismo de defensa, mi mente no me hacía tener ningún sentimiento al respecto. Sin embargo, la conversación reciente si había dejado mis emociones a flor de piel.
Me sentía bien pero la otra parte sentía qué había metido la pata hasta el fondo. Aunque siendo sincera, cualquier otra respuesta, no lo hubiera convencido. El tenía eso en la cabeza hace mucho, era la tercera o cuarta vez que me lo preguntaba.
Abrí la puerta de mi habitación y me sobresalté. En medio de la oscuridad Greg estaba acostado en mi cama, con los ojos cerrados y la película de Ted abierta sobre la frazada. Me acerqué y le acaricié el pelo, pobrecillo, se había quedado esperándome.
Salí de la habitación y caminé hacia la puerta de Alex, di tres toquecitos.
- Pase - se oyó del otro lado.
Abrí con cuidado, la habitación era azul marino y blanco, no había estado allí antes. El rubio se encontraba acostado, llevaba un pantalón pijama blanco y el pecho al descubierto. Cuando me vio se sentó en la cama.
- Hola - dije acercándome para no gritar.
- ¿Todo está bien? - me miró preocupado. Automaticamente su mano me tomó de las muñecas con suavidad invitándome a sentarme.
- Si, si, tranquilo - le sonreí- sólo es Greg, se quedó dormido en mi cama y no puedo moverlo. ¿Crees que podrías llevarlo a su habitación? - dije somnolienta, me estaba quedando dormida sentada, las pastillas que me habían dado eran demasiado fuertes.
- Por supuesto, dame un momento. - Se paró y salió. Yo me recosté sobre su almohada un breve instante, olía rico, era similar al suavizante para la ropa con unos toques de limón dulce.
No se cuanto tiempo pasó hasta que Alex regresó pero yo ya estaba casi dormida cuando volvió a entrar, me miró y creí que me cargaría o algo, sin embargo habló muy despacio.
- ¿Quieres dormir aquí? - lo cierto es que no tenía fuerzas ni para abrir los ojos mucho menos para moverme.
- Si..- dije entre dientes.
- De acuerdo, yo dormiré en tu cuarto entonces...- me arropó y me sentí mal por echarlo de su propia habitación.
- Puedes quedarte... - mi voz sonaba apenas audible.
- No creo que eso le agrade a mi hermano...- apagó la luz. Y se metió en la cama conmigo - así que sí.
Quería reírme pero esa acción era demasiado mundana y yo ya estaba en el mundo de Morfeo.
La noche pasó tranquila, no había podido tener ningún tipo de sueño porque mi mente estaba demasiado ocupada recargando energías. Cuando abrí los ojos me preocupé por que no había puesto la alarma y llegaría tarde al trabajo, pero luego recordé que Víctor podía arreglarlo así que me relajé y me voltee para seguir durmiendo.
Recordé que estaba en la habitación de Alex y me pareció un poco inapropiado, miré la hora y eran las nueve pasadas, la cama estaba vacía y se oía el ruido de agua caer desde el baño, supuse que se estaría dando una ducha.
Me incorporé despacio y el rubio salió del baño con el cabello mojado y una toalla envuelta en su cintura. Mi vista se desvió a su cuerpo desnudo y mojado y luego moví mi cabeza en otra dirección con mis mejillas coloradas.
- Lo siento, creí que dormías, venía por mi ropa. - dijo él.
- No, esta bien, yo ya me iba así que puedes cambiarte tranquilo. - me paré con algo de dificultad debido a los dolores que tenía en el cuerpo y caminé a paso ligero hacia la puerta cuando esta se abrió de golpe.
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Sombra Rusa
Action- Eres un estúpido - Los ojos oscuros de Víctor me miraron de manera disgustada. - Hermano ¿Te gustaría recordarme por qué no puedo apuñalarla?- Quitó sus ojos de los míos para mirar a Alex quien venía con una manta y una taza de té caliente para mí...