Fate:Cuento de dos reyes

Capítulo 23 : La Guerra del Dragón (3)

Gwyr estaba a la vista.

La última parada de esta campaña no planificada y el lugar donde el último 'heredero' activo de Pendragon con el que no estaba aliado enfrentaría su desaparición. No tenía mucho sobre esta versión de Vortigern más allá del hecho de que estaba empleando monstruos y demonios en el campo de batalla. Y que no tuvo reparos en sacrificar a sus propios ciudadanos para obtener una ventaja frente a sus oponentes.

No era un buen tipo y definitivamente era parte de la rama de la familia Pendragon que tenía ese profundo odio y malicia hacia los inocentes de la que Morgan parecía también ser parte. No le hizo gracia cuando le recordé eso, pero en ese momento me acostumbré a sus expresiones. Miradas furiosas, ceños interesados, miradas fascinadas y pucheros absolutamente adorables. A pesar de que esta mujer era la razón principal detrás de lo que habrían sido los problemas de Ria en su vida como Rey, no pude evitar encontrar ese grado de moderación en sus expresiones bastante lindo e intrigante a su manera.

Aún así, el asunto en cuestión no fue tan simple como se planeó. Si bien las instalaciones y las aldeas que rodeaban nuestro último objetivo estaban desprovistas de vida y llenas de una mínima presencia de monstruos, el verdadero problema era que la entrada principal ya estaba siendo asediada cuando divisamos la ciudad. De hecho, Ria había logrado adelantarnos, pero le tomó un maldito tiempo llegar allí. El problema que pude ver con su ejército fue que, no solo era más pequeño que el que yo estaba actualmente a cargo y el número de defensores más fuertes, sino que parecía severamente desmoralizado y listo para batirse en retirada al primer indicio de derrota. Una disposición bastante desagradable para la chica para trabajar, pero no es la peor en absoluto.

Simplemente se tradujo en el hecho de que tuvimos que entrar en la ciudad nosotros mismos y retirar la mayoría de las defensas de su lado. El plan de ataque era simple y se tenía en cuenta que debíamos evitar golpear a las propias fuerzas de Ria en el proceso. Al disparar una andanada de artillería bien dirigida al lado de los muros contra los que nos topábamos, íbamos a crear una segunda entrada principal al asentamiento.

Gwyr estaba bien fortificada pero no estaba preparada para saborear la ira de Mini-Urbanus con nuestros cañones preparados para lanzar uno de los mayores bombardeos jamás realizados. Iba a agotar la mayor parte de la munición de reserva, pero también iba a destruir severamente a la mayoría de los monstruos defensores en el interior. Se dio la orden, estábamos todos listos y preparados para correr hacia la entrada recién abierta y… comenzó.

El fuerte chirrido de los explosivos al estrellarse contra los gruesos muros fue interrumpido por los feroces rugidos de las explosiones subsiguientes que atravesaron la línea principal de defensa del castillo. Todo se derrumbó ante nuestros ojos y, cuando los muros finalmente cayeron, atacamos. Los cañonazos continuarían durante un rato mientras avanzábamos, pero se detendrían unos minutos antes de que estuviéramos dentro de la ciudad propiamente dicha. Los chillidos de demonios rotos y devastados fueron el primer indicio del daño causado por la destrucción, mientras que la vista de numerosos demonios que ya no estaban vivos y en su mayoría destrozados por las explosiones consolidó aún más toda la situación.

La primera línea estaba caída y se nos concedió un punto de apoyo estable en Gwyr. Corrí hacia adelante, seguido por Lancelot, Gareth y Gaheris. El resto de los hombres se repartieron por todos lados y aseguraron los distintos callejones y secciones de la plaza principal, patrullando y limpiando los pocos focos de resistencia que habían sobrevivido al primer bombardeo. Algunos de los demonios sobrevivieron y saltaron rápidamente en el momento en que pensaron que tenían la ventaja contra su agresor, pero había demasiados hombres que ahora tenían experiencia en manejar este tipo de miedo como para realmente permanecer verdaderamente tranquilos y permitir que estos se enfrentaran. exitoso.