No sabía como había llegado hasta este punto, solo sabía una cosa, y esa era....
NUNCA PERDER.
Haría que el mismísimo Tanos se doblegará ante su poder, ¿Cómo lo haría? no tenía ni la mínima idea, ¿Tenía una oportunidad? Absolutamente no tenía ningun...
La oscuridad me rodeaba, estaba flotando al rededor de lo negro, lo único que podía escuchar eran mis latidos.
Ya no sentía esa orible punzada en la parte baja de mi abdomen, ni los gritos de mi amiga tratando que siguiera consciente, todo era muy tranquilo, me sentía en paz.... Espera.
¿Cómo puedo sentir mis latidos?
¿No se supone que estoy muerta?
De un momento a otro el espacio se comenzaba a estrechar, dejando una luz que se hacía cada vez más grande.
Se escuchaban unos gritos afuera.
- ¡Puje señora! está es la última vez, ya casi está afuera.
Por mera curiosidad abrí lentamente los ojos y de golpe todo se volvió frío, comencé a temblar, mire a mi alrededor y solo pude encontrar una sala de partos repleta de enfermeras y una doctora.
Mierda, soy una maldita doctora como no me había dado cuenta, soy un maldito bebé en el útero de su madre que está por salir, Dios y la luz al final del tunel es el canal de parto.
Soy una imbécil, los cinco años de estudio y los otros tres de especialización no sirvieron para nada.
De echo esto se parece a las historias que leía en Wattpad, la prota muere y reencarna en su sitio favorito, esto debe ser el karma, sabía que me iban a castigar por leer cochinadas pero no pensé que sería asi.
Pero fuera de todo eso, soy la prota jajajsj.
Siento que estoy haciendo muchas muecas, volteo a ver a la doctora, y efectivamente la doctora me miraba de forma divertida para después levantarme, me puso en el pecho de la que sería mi madre, la mire y..... WOW era hermosa, ojalá herede esos genes, Dios, si me escuchas ¡Gracias!, por darme una madre tan hermosa. Ha... y claro, una nueva vida.
La mujer me miró curiosa con una sonrisa cansada.
- Hola cariño, soy mamá - levanto su mano y acaricio mi cabecita, intenté agarrar su mano cosa que no funcionó, mis manos eran más pequeñas que una bola de pin pon, por lo que terminé tomando su dedo y darle una sonrisa era más mueca que sonrisa pero ella entendió ya que correspondió la sonrisa.
-Señora Samantha, cuál va hacer el nombre de la niña.
Así que ese es tu nombre, un nombre bonito para alguien bonita le queda como anillo al dedo.
-Bueno, ella se llamará... - pronunció pensativa.
¿Cuál sería mi nombre? sophia, no, es muy común, Thalia, Anabeth, Bianca, María, hay muchos nombres, reso por qué tenga buen gusto, en mis tiempos como pediatra a un niño le habían puesto Pancracio Ferbin Montezco Blanco, pobrecito debe de haber sufrido mucho bullying en el colegio.
Mi madre me miró y sonrió - Mi niña se llamará Abigail victoria emily Williams.
Un nombre bonito, un tanto largo, pero, ¡bonito!
-bien señora Samantha nos llevaremos a Abi para hacerle los exámenes de rutina.
- Claro - respondió mi hermosa mamá.
O no, eso no,apenas llegó y me van a alejar de mi mami, me aferre lo más que pude a la bata de Samantha pero las manos de la doctora me llevaron y lo único que se me ocurrió hacer como protesta fue llorar y así lo hice, le amargue la vida a las enfermeras hasta el final.
Igual soy una bebé, que hay de malo en que me comporte como una.
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Bien, según mis malos calculos ha pasado casi una semana desde mi nacimiento y no he podido recopilar ninguna información del lugar en donde estoy, aunque ya me he enterado de algunas cositas de Samantha:
• Es madre soltera. • Tiene 30 años. • Trabaja en una empresa de periodismo. • Vivimos en New York. • Es la mayor de dos hermanos.
Samantha es muy linda conmigo, siempre sabe lo que quiero sin que yo tenga la necesidad de llorar, le he tomado cariño en el tiempo que he estado junto a ella.
Y hablando de la reina de Roma.
Samantha entro a su cuarto y la tomo entre los brazos.
- Abi, cariño hoy vamos a pasear un rato-pronuncio con una linda sonrisa.
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