𝟐𝟑: 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓

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Luscinda si fuese varón

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Luscinda si fuese varón.

Luscinda se separa de un atolondrado Koby, quien yace sonrojado de pies a cabeza

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Luscinda se separa de un atolondrado Koby, quien yace sonrojado de pies a cabeza. Luscinda sonríe con incomodidad y logra esquivar una flecha que casi le da en una ala, al igual que muchísimos ataques de parte de los marines, sean armas, objetos y poderes de frutas del diablo. Debe de lidiar con ese grupo molesto e hipócritas de personas consideradas como héroes.

— ¡perdona por eso, no había de otra! — Ella se separa de Koby (Hellmepo lo ayuda) y procede a irse, sin embargo...

— ¿Que le hiciste a Koby? ¡¿En dónde estás herido, Koby?! — Pregunta Hellmepo preocupado al no notar signos de conciencia en Koby. Linda siente vergüenza al robarle (quizás) su primer beso. Era mejor que piensen que quiso atacarlo... se siente muy mal de besar a un niño. Esa vez cuando era una niña ni siquiera lo hizo con malicia, es la única forma de contrarrestar el veneno.

Lanza su arma hacia un marino que quiere atacar a Marco de la espalda, éste toma el arma de Luscinda y observa la notable arma que tiene en sus manos, ciertamente es peligrosa.

— No sabía que querías robar un arma de la marina

Marco se da la vuelta y el arma, como si tuviese vida propia, vuela hacia las manos de Linda. Ella sonríe con gracia al ver al médico de Barbablanca, pero, a lo contrario de ella, Marco está muy hostil con su presencia. Es obvio, dado que traicionó y mató a un marine el mismo día.

— Mucho tiempo sin verte... Marco — El pirata se prepara para atacar, no obstante, oír su nombre siente un deja Vu y queda indefenso unos segundos... Que aprovecha Linda para tocar su flequillo y lo reclina hacia atrás, dejando ver su frente y con una voz más infantil replica:— ¡Marco-nii!

— ¿Realmente eres tú... polluelo? — Linda se ríe abre su apodo, asiente con la cabeza— No puede ser ¿que haces aquí?

— Fui una marine — muestra la cabeza cercenada— pero ya no... — y lanza la decapitada cabeza hacia un lado, creando un disturbio abajo.

— Ciertamente... — La toma de las mejillas y las acaricia con total afecto fraternal — estás viva. Polluelo, Háblale al viejo, estuvo triste porque no pudo encontrarte.

𝕆𝕁𝕆𝕊 𝕀ℕℂ𝔸ℕ𝔻𝔼ℂ𝔼ℕ𝕋𝔼𝕊 || 𝒐𝒏𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒄𝒆 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora